Se cumplen veinte años desde que la Reina Letizia cruzara la puerta de la catedral de la Almudena enfundada en un vestido de novia del diseñador español Manuel Pertegaz. Un vestido que fue confeccionado con una seda valenciana, obra de la tradicional casa de telas, ... Rafael Catalá.
Publicidad
Noticia relacionada
Dos décadas después de ese 22 de mayo, el vestido de la Reina Letizia continúa siendo protagonista de muchas conversaciones, por su diseño elegante, atemporal y sencillo, y por las muchas historias que su confección esconde tras él, como suele pasar siempre que se habla de la Casa Real.
El encargo para la confección de esta tela llegó directamente de la Casa Real, quien confiaba ya en la empresa por haber llevado acabo anteriormente otros encargos, entre ellos el de la elaboración de la tela del vestido de novia de la infanta Cristina. La firma Rafael Catalá fue fundada en 1770 y en aquel momento era Alberto Catalá, la séptima generación de la familia, quien estaba a cargo de la empresa. Ahora es Guillermo, su hijo, el que continúa con el tradicional oficio y quién recuerda todavía muy bien a día de hoy algunos detalles de este importante pedido para la realeza española. «El encargo pedía que fuese un tejido inspirado en el de la boda de la Reina Sofía en Atenas, que fue un micado de seda», cuenta Guillermo Catalá.
Como de normal en estos casos, la confidencialidad era imprescindible, motivo que sirvió también para la elección de la empresa valenciana de sedas, en la que la Casa Real ya confiaba. Así, la confección del vestido se llevó a cabo durante los domingos y con tejedores de confianza, para asegurarse de que se mantuviera la discreción sobre lo que se estaba tejiendo.
Publicidad
«Además, fue idóneo que el resto de actividad estuviese parada mientras, porque en una fábrica industrial siempre hay posibilidad de que los tejidos se contaminen con hilos de otros colores, siendo el blanco un color muy delicado», asegura la octava generación de los sedistas.
Para la creación de la faya de seda natural se realizó un gran trabajo previo de investigación, pues se tuvo que buscar y estudiar bien el origen de la tela del vestido de la Reina Sofía. Y antes de proceder a la ejecución del tejido se realizaron cuatro o cinco muestras que pasaron por el estudio de Pertegaz, hasta que finalmente, tras su aprobación, se comenzó con la fabricación de la tela. «El tiempo empezó a premiar, porque no se decidían», añade Guillermo.
Publicidad
Se produjeron 18 metros de tela, por lo que sólo se necesitaron dos jornadas de domingo de trabajo de distintas personas: la que urde, la que ata, la que teje… El fondo de la tela estaba compuesto por los hilos de urdimbre, en seda natural, y la trama, es decir el dibujo, de hilos de plata muy finos, combinados también con seda natural.
El encargo fue facturado directamente a Pertegaz, a diferencia del vestido de la infanta Cristina, que fue para la Casa Real. Informaciones de la época cuentan que el vestido estaba valorado en 45.000 euros y que el diseñador quiso regalárselo a la Reina Leitizia, sin embargo esta le pagó una cantidad simbólica de 6.000 euros.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.