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Amado es de los pocos diseñadores que todavía presentan sus colecciones en sus salones, como en los años cincuenta en las casas parisinas. En aquellos ... años de la alta costura, los modistos invitaban a amigas y clientas en unas citas a las que no podía acceder cualquiera, ni los fotógrafos. Las maniquíes desfilaban con un número en la mano y después las clientas hacían sus pedidos, pedían cita y las costureras les ajustaban las medidas para que el vestido quedase perfecto.
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Ver un desfile así es una delicatessen de otra época. Esta puesta en escena poco tiene que ver con los desfiles de las pasarelas de ahora, donde hay mucho marketing y se invierte tanto en la escenografía como en la ropa. En los salones no hay trampa ni cartón, no hay modelos famosas que salgan divinas aunque lleven un trapo puesto. Aquí estás tan cerca de las modelos que los vestidos casi se pueden tocar y puedes apreciar si las costuras están mal rematadas o los tejidos son de baja calidad. Amado tiene mucho oficio detrás, más de cincuenta y cinco años de trayectoria, y estos formatos no le intimidan, al revés, se crece porque le gusta el contacto con sus clientas, la mayoría amigas.
Y es que el peletero puede presumir de tener una legión de clientas que son casi familia. Las cuida tanto a ellas como ellas a él. Esa fidelidad se nota en sus desfiles. El peletero siempre llena los espacios, no importa que sean grandes, como el Campaneta en Castellón -más de 400 personas fueron a su desfile el mes pasado- o citas más reducidas, como su último desfile en su salón en Martínez Cubells.
Amado presentó en su salón su última colección para este verano. Seis propuestas en piel con chalecos y chaquetas de sport; cinco abrigos de noche con pieles nobles -donde es un maestro- y trajes de noche y complementos de piel, que cerraron el desfile. Fueron un total de ochenta propuestas: caftanes con estampados italianos, vestidos de cóctel con tejidos brocados y de ceremonia con delicados bordados.
El desfile fue privado, para setenta clientas-amigas, entre ellas la presidenta del Ateneo, Carmen de Rosa, Mar Evangelio, Matilde Conesa, Marta Conesa, Asun Palop, Isabel Cervelló, Teresa Ballester, Pepa Llorens, Isabel Forés, Piluca Sanz, María Gimeno, Ángela Linares, Carla Rubio, Ana Rubio, Mila Tejón y Mary Paz Tejón, entre otras. Presentó el desfile Samantha Semur y el ambiente fue tan exquisito como en aquellos salones parisinos de los años cincuenta, cuando las señoras acudían a ver las colecciones que luego encargaban a medida.
Es muy meritorio que maestros como Amado sigan desplegando su creatividad a su edad. Un lujo que ojalá perdure como parte de un patrimonio artesanal entre tanta moda de usar y tirar.
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