El motivo por el que la ITV presta atención a los limpiaparabrisas

La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se encanrga de asegurar que los vehículos en circulación mantengan unas condiciones de seguridad por encima de los mínimos exigidos, para minimizar el riesgo de accidentes por causas técnicas y reducir las emisiones de los gases de escape. Para ello, la ley establece una periodicidad mínima con la que los vehículos deben pasarla así como situaciones extraordinarias que obligan a acudir a la revisión.

Entre los requisitos que se exige para que la inspección sea faborable es un buen funcionamiento de los limpiaparabrisas. Para comprobarlo, los técnicos piden a los conductores que activen esta parte del coche y que hagan que salga el agua para limpiar el cristal frontal.

Si el agua no sale o lo hace de manera desviada o con poca presión, se considera una falta leve que no impidiría pasar la revisión. No obstante, la situación cambia si la superfície barrida es insuficiente, las escobillas están defectuosas o si se detecta que algún elemnto del limpiaparabrisas ha sido manipulado. Evidentemente, si el limpiaparabrisas no funciona o no está presente también se considera defecto grave.

Otro de los casos en los que el vehículo no podría pasar la revisión es si falta el líquido de lavado del limpiaparabrisas, aunque funcione la bomba, o si no están bien orientados los chorros del agua.

La razón por la que la ITV le presta tanta atención a este parte del coche es porque es fundamental tener una buena visibilidad cuando llueve o cuando los cristales están sucios. Por esa razón, los técnicos comprueban que existe el dispositivo de limpieza y no solo eso, sino que funciona correctamente, la superficie secada y el estado de las escobillas.

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