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Las picaduras de avispas suponen una molestia importante. Generalmente, se producen durante la época veraniega, pero en pleno otoño todavía siguen estando muy presentes y merodeando por parques, llevando a cabo sus pinchazos.
Este hecho tiene un explicación, que detalla el director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), Jorge Galván, en declaraciones recogidas por el diario 'Nius'. Como otros insectos, la avispa no mantiene su temperatura corporal y para vivir necesita la temperatura de medio.
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«Y como cada vez la primavera llega antes y el otoño acaba después, esa ventana temporal en la que están activas y se reproducen aumenta y tienen más presencia«, asegura. Al descender los termómetros, la avispa disminuye su actividad: »Pero el cambio climático, la globalización y los cambios en el medioambiente repercuten en los insectos, por lo que nos los podemos encontrar en épocas en la que antes no«, indica Galván.
La avispa velutina, una especie exótica invasora, originaria del sudeste asiática, ha colonizado todo el norte de España y se está extendiendo por el resto del país. Además, supone una amenaza para las abejas autóctonas y otros insectos polinizadores.
Aunque no es tan peligroso como la temida avispa asiática, el avispón oriental ('Vespa orientalis') es también una especie invasora que puede causar estragos en la biodiversidad de la península ibérica y, en algunos casos, en personas.
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