Muere Bobi, el perro más viejo del mundo, a los 31 años

Bobi, el considerado perro más viejo del mundo, ha fallecido a los 31 años, según han informado los medios portugueses, citando a su propietario, que vive en un pequeño pueblo del centro de Portugal.

«Guardamos los mejores recuerdos de una larga vida en la que fue feliz y, sobre todo, en la que hizo feliz a mucha gente, especialmente a su familia», ha declarado su dueño, Leonel Costa, a los medios locales.

La propia organización Guinnes ha certificado su muerte confirmando además el nuevo registro de mayor longevidad de un perro: «Bobi, que vivía en el pueblo de Conqueiros, en Portugal, falleció el pasado lunes con 31 años y 165 días», indicaba la organización.

«Este dulce chico ganó sus alas», aseguró anoche la veterinaria estadounidense Karen Becker, que había atendido a Bobi en el pasado, en su perfil en Facebook, donde comentó que, «aunque ha sobrepasado a todos los perros en la historia, sus 11.478 días en la tierra nunca serán suficientes para aquellos que le quisieron».

Bobi era un Rafeiro de pura raza, con una esperanza de vida media de entre 12 y 14 años. En su casa, vivía rodeado de gatos. La vida tranquila del can tomó un giro el 1 de febrero, cuando el Guiness anunció que el animal de pelo castaño se había convertido en el perro más longevo de todos los tiempos. Ese día, tenía 30 años y 266 días. El título le dio fama mundial y motivó a una multitud de personas y medios a visitarle.

Antes que Bobi, el récord del perro más viejo con vida lo ostentaba Bluey (1910-1939), un pastor australiano que vivió hasta los 29 años y 5 meses.

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