Clara Alfonso
Valencia
Lunes, 25 de marzo 2024, 01:35
Ahorrar es un objetivo que muchos persiguen, pero pocos llevan tan lejos como Gwen Merz, una estadounidense que decidió tomar medidas drásticas para acumular una cantidad de dinero que le permitiera retirarse joven. Ahora, tras ocho años de sacrificio, reflexiona sobre el coste emocional y social que le ha supuesto su decisión.
Publicidad
Gwen, ahora con 33 años, empezó su camino hacia la independencia financiera a los 23, al terminar la universidad y conseguir su primer trabajo con un salario de 65.000 dólares al año. Decidida a ahorrar el máximo posible, vivió una vida de extrema frugalidad, reduciendo sus gastos al mínimo e incluso compartiendo su vivienda sin necesidad real.
«Descubrí FIRE (Independencia Financiera, Retiro Temprano) en la universidad y me lancé a practicarlo cuando comencé a trabajar, 18 meses después», revela Gwen. Sin embargo, con el tiempo, se dio cuenta de que el coste era más alto de lo que había previsto. «Me sentía miserable», confiesa.
Y es que, tal y como ha contado a Business Insider, su ahorro desmedido la llevó a privarse de muchas experiencias sociales y profesionales. Con apenas 22 años, no iba a conciertos, no viajaba ni hacía planes con amigos: «Invitaba a amigos a jugar juegos de mesa. Hacíamos hogueras en el patio trasero o salíamos a jugar al frisbee golf. Todas estas cosas son experiencias de bajo coste que puedes hacer una y otra vez. En eso me concentré», explica.
Noticia relacionada
Este estilo de vida «funcionó bastante bien con amigos, pero nunca encontré una pareja que tuviera la misma mentalidad», relata la joven, que parecía «agarrada y controladora» para algunas personas que conocía. Pero a lo que más afectó es a su carrera profesional: «No quería salir y hacer la hora feliz o ir a almorzar con mis compañeros de trabajo. En ese tipo de confraternización externa es realmente donde se establecen muchas conexiones», por lo que la excluían de posibles promociones laborales.
Publicidad
A pesar de acumular 200.000 dólares en ahorros en apenas cuatro años, Gwen se dio cuenta de que su vida se había vuelto vacía y carente de significado. «No disfrutaba de la vida por mi estricto presupuesto», reconoce. «Me sentía miserable, infeliz y estresada todo el tiempo», añade.
Con 27 años, decidió dejar de ahorrar tan estrictamente y ahora tan solo destina el 10% de lo que gana. Ahora, su consejo para el resto de personas es «centrarse en las cosas que son realmente importantes para ti. Hazlo todo lo posible, sin restricciones. Sabes lo que te gusta, sabes lo que necesitas: simplemente hazlo y luego ahorra mucho en todo lo demás».
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.