b. s.
Sábado, 10 de septiembre 2022, 00:50
Muchos de los accidentes en la carretera son imprevisibles. No obstante, parte de los sustos que se producen al volante dependen de los propios conductores y son evitables.
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Las malas costumbres en la conducción no son buenas pasajeras. Muchos conductores y acompañantes realizan conductas que, sin darse cuenta, suponen todo un riesgo. Una de ellas es lo que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha bautizado como 'efecto elefante'.
Al subirnos al coche, las prisas hacen que dejemos muchos objetos sueltos en el interior del coche. Chaquetas, teléfonos móviles, mochilas, bolsos, carteras o botellas de agua. Lo mismo ocurre con las bolsas de la compra o con el equipaje que no cabe en el maletero. Si los bultos son pequeños, en principio, no es del todo peligroso. No obstante, en caso de frenazo, puede tener consecuencias fatales.
Esto es, según explica Tráfico, por la inercia, que hace cualquier objeto que viaje suelto en un automóvil continúe su marcha hacia delante y multiplica, por efecto de la velocidad, la fuerza con la que golpearía a cualquier ocupante hasta por cuarenta veces su peso a tan solo 50 km/h.
Lo mismo ocurre si un pasajero de los asientos traseros no se abrocha el cinturón. Por ejemplo, si un niño de tres años cuyo sistema de retención estuviera mal anclado y viajara en el asiento trasero, en caso de accidente, golpearía al ocupante del asiento delantero o al conductor con la misma fuerza que si se hubiera convertido en una jirafa (a 50 km/h) o en un elefante (90 km/h).
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Por esta razón, la DGT incide en la importancia de llevar todos los bultos del coche bien sujetos. Así lo indica en el artículo 14 del Reglamento General de Circulación: «la carga transportada en un vehículo, así como los accesorios que se utilicen para su acondicionamiento o protección, deben estar dispuestos y, si fuera necesario, sujetos de tal forma que no puedan: arrastrar, caer total o parcialmente o desplazarse de manera peligrosa; comprometer la estabilidad del vehículo; producir ruido, polvo u otras molestias que puedan ser evitadas y ocultar los dispositivos de alumbrado o de señalización luminosa, las placas o distintivos obligatorios y las advertencias manuales de sus conductores».
No cumplir con esta normativa puede suponer, además de los daños y lesiones por el 'efecto elefante', una multa de 200 euros. La mejor manera de librarse de esta sanción es guardar siempre los objetos en el maletero. En caso de que no sea posible por falta de espacio, se debe asegurar que las cosas que van sueltas en el coche están bien sujetas o amarradas.
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