LAS PROVINCIAS
Viernes, 23 de septiembre 2016, 12:15
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Cato Larsen Bemsten, un joven noruego de 20 años, quiso recuperar un teléfono móvil que le cayó en el inodoro a uno de sus amigos, con la mala fortuna de que su brazo quedó atrapado dentro. Cuando quiso extraer el brazo, no pudo hacerlo, con lo que sus amigos tuvieron que llamar a los bomberos de la localidad en la que viven tanto Cato como sus amigos, una pequeña ciudad a las afueras de Oslo llamada Drammem.
Una vez llegaron los bomberos, el rescate fue sencillo. Tal y como explicó el portavoz del cuerpo de bomberos, cuatro hombres con una motosierra cortaron parte del inodoro, que era de plástico, lo que facilitó la salida de Bemsten.
"Primero intentamos conseguir el teléfono con un palo, pero no funcionó", explicó el joven recien liberado a una cadena de televisión local noruega. Aseguró que, al quedar atrapado, no pudo contener las náuseas y los vómitos, por lo que la experiencia fue todavía peor.
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