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Sábado, 8 de septiembre 2018
A Courtney Whithorn, una estudiante universitaria australiana de 20 años, le han tenido que amputar el pulgar después de que desarrollara, por morderse las uñas, un tipo de cáncer de piel poco habitual.
Por su continuo estado de nervios, Courtney Whithorn cogió la costumbre de morderse las uñas hasta el punto de arrancarse entera la de un pulgar en 2014, según publica el diario 'Daily Mail'. La joven se asustó cuando su dedo comenzó a ennegrecer, pero lo mantuvo oculto por vergüenza ante sus amigos y familiares durante cuatro años.
Debido al preocupante estado del miembro, la estudiante de psicología acudió al médico el pasado mes de julio. En la consulta descubrió que se había causado tal trauma en el lecho ungueal -la epidermis situada debajo de la uña- del dedo que había desarrollado un cáncer poco común conocido como melanoma subungueal lentigoso acral.
Pese a someterse a múltiples cirugías para intentar extirpar el cáncer y tratar de salvar el pulgar, a Courtney, que vive en Brisbane (Australia), le han tenido que amputar el dedo la semana pasada.
Aunque el médico de Courtney afirma que el cáncer fue causado por su hábito de morderse las uñas, algunos sanitarios discrepan de su diagnóstico, como el doctor Nis Sheth, dermatólogo consultor y portavoz de la Fundación Británica para la Piel. Sheth asegura al Daily Mail que aunque el trauma físico se haya asociado con la aparición de algunos cánceres de piel, es improbable que el hecho de morderse las uñas haya conducido a la aparición del tumor.
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