El avance de las tecnologías si bien ayuda al desarrollo de la sociedad también supone un arma para los ciberdelincuentes. Día a día los estafadores perfeccionan sus técnicas para engañar a las víctimas y eludir toda medida de seguridad. Así, pese a que los usuarios están cada vez más concienciados, los timadores siguen consiguiendo su objetivo en muchas ocasiones.
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Una artimaña muy bien estudiada puede vaciar las cuentas corrientes en cuestión de minutos. Esto precisamente le ha ocurrido a un usuario de X (antes Twitter). El afectado, Miguel Ángel Sánchez (@mangelsanchez), lo ha contado en la conocida red social.
Todo comenzó cuando hace menos de un mes recibió una llamada telefónica de un supuesto miembro del equipo de seguridad de su banco, ING, quien le alertó de una brecha de seguridad en su cuenta bancaria. Después de detallarle los datos de su cuenta y ofrecerle algunos consejos de seguridad, informó a la víctima de que su dinero estaba en peligro. Entonces, el supuesto trabajador le ofreció la posibilidad de acudir a una oficina o seguir unos pasos por teléfono para asegurar todo su dinero en una cuenta segura durante la duración de la incidencia. Como hay pocas sucursales de este banco, decidió tramitarlo por teléfono.
Pero entonces tuvo sospechas: «¿Cómo sabemos que usted es trabajador de ING ?». A lo que el trabajador contestó que podía colgar dicha llamada y llamar directamente al banco, y que si no confiaba podía cerciorarse de que el número que le estaba llamando era en efecto el oficial del banco. Al mirar en Internet, comprobó que sí se correspondía al de una sucursal de ING. Fue en ese momento cuando bajó la guardia.
Entonces la víctima pensó en transferir el dinero a la cuenta de su pareja, pero el estafador le alertó de que los ciberdelincuentes podrían haber comprometido las cuentas bancarias de sus seres más cercanos, por lo que lo mejor era seguir los pasos que le estaban dando.
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El usuario realizó varias transferencias a la cuenta que le estaban indicando para proteger el dinero y para realizarlas le llegaba a su teléfono SMS de ING con el número de cuenta y el código de seguridad: «En 25 minutos lo había perdido todo».
La llamada de vuelta del día siguiente nunca se produjo. La víctima llamó al mismo número que le había contactado y para su sorpresa en ese momento le contestó un trabajador real de ING que le informó de que acababa de ser estafado.
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Es por ello que los bancos piden encarecidamente no hacer nunca trámites telefónicos y llamar por nosotros mismos a las oficinas.
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