

Secciones
Servicios
Destacamos
Poco menos de dieciséis horas después de presentarse por primera vez al mundo vestido de blanco desde el balcón central de la basílica de San ... Pedro del Vaticano e impartir su bendición 'Urbi et orbi', el estadounidense y peruano Robert Prevost presidió este jueves su primera misa como obispo de Roma en la Capilla Sixtina. Acompañado por los 132 cardenales que le acompañaron en el cónclave y por los purpurados de más de 80 años, sin derecho a participar en las votaciones por el límite de edad, el nuevo Papa, León XIV, volvió a colocarse bajo la imponente mirada del Dios juez pintado por Miguel Ángel Buonarroti ante la que el día anterior había aceptado convertirse en el sucesor de Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
En una solemne ceremonia en la que utilizó con destreza el italiano y el latín y en la que las lecturas fueron realizadas por mujeres, Prevost, que llevaba unos discretos zapatos negros similares a los que calzaba Jorge Mario Bergoglio y no rojos, como utilizaba Benedicto XVI, se mostró sereno e incluso se permitió improvisar unas palabras respecto al texto que tenía preparado para la homilía. Echó mano entonces del inglés, su lengua materna, para asegurar con cierta emoción que estaba «contento» de estar junto a los que hasta el día anterior eran sus hermanos del Colegio Cardenalicio, quienes le habían «llamado para llevar una cruz». Les pidió que «caminaran» con él porque todos juntos forman una comunidad que debe «anunciar la Buena Noticia».
El nuevo Papa destacó en esta primera misa cuál es su idea de Iglesia. Debe ser «el faro que ilumina las noches del mundo», pero no debido a «la magnificencia de sus estructuras y a la grandiosidad de sus construcciones», como la propia Capilla Sixtina donde se encontraban, sino por «la santidad de sus miembros». También aprovechó para dar una idea de cómo piensa ejercer su cargo. «Cualquiera que en la Iglesia ejercite un ministerio de autoridad», dijo, debe «desaparecer para que permanezca Cristo, hacerse pequeño para que Él sea conocido y glorificado». Tiene que «gastarse hasta el final» para cumplir su misión.
En la homilía, en la que citó dos documentos del Concilio Vaticano II y también recordó a Francisco, León XIV advirtió sobre el impacto que la descristianización ha provocado en muchas sociedades, principalmente occidentales. Son «muchos los contextos en los que la fe cristiana se retiene un absurdo, algo para personas débiles y poco inteligentes, contextos en los que se prefieren otras seguridades distintas a la que ella propone, como la tecnología, el dinero, el éxito, el poder o el placer», dijo el nuevo Papa, destacando a continuación que es precisamente en esos ambientes donde «la misión es más urgente». Sin la fe se corren a su juicio una peligrosa serie de riesgos: «Se pierde el sentido de la vida, se olvide la misericordia, la violación de la dignidad de la persona en sus formas más dramáticas, la crisis de la familia y tantas heridas más que acarrean no poco sufrimiento a nuestra sociedad».
Los propios católicos no se libraron del diagnóstico de León XIV sobre esta situación de crisis de fe, en la que se «reduce» la figura de Jesucristo a la de un «líder carismático o un superhombre». Muchos bautizados acaban haciendo suya esa idea de Jesús, por lo que terminan cayendo en un «ateísmo de hecho», advirtió. Este análisis acerca de la difícil situación que afronta la Iglesia en diversos países debido al ocaso de la fe recordó a los que hacía Benedicto XVI, y que le llevaron a lanzar su proyecto de Nueva Evangelización para las naciones de antigua tradición cristiana donde la participación de los creyentes en los sacramentos está en caída libre, como España. Pese a ese complejo contexto, León XIV recordó cómo Bergoglio siempre decía que «este es el mundo que nos ha sido confiado», por lo que no caben nostalgias de otras épocas.
Una vez terminada su primera misa como obispo de Roma, Prevost fue despedido de la Capilla Sixtina con un aplauso cerrado de todas las personas congregadas en la Capilla Sixtina, donde además de los cardenales había un nutrido grupo de laicos.
El domingo 18 de mayo León XIV presidirá en la plaza de San Pedro del Vaticano la misa con la que iniciará oficialmente su pontificado. La ceremonia congregará a buen seguro a un número importante de mandatarios de todo el mundo, ya que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas con 184 países, además de líderes de otras religiones. En la de 2013, con la que arrancó su misión Francisco, participaron más de 200.000 personas, entre las que había 50 jefes de Estado y de Gobierno entre las delegaciones de 132 países. Antes de esa misa, el nuevo Papa se verá este sábado con los cardenales, para dirigir este domingo el rezo del Regina Coeli desde el balcón central de la basílica vaticana. El lunes mantendrá un encuentro con los medios de comunicación y el viernes con los embajadores de los países con los que mantiene relaciones diplomáticas la Santa Sede. la primera audiencia general de Robert Prevost como obispo de Roma será el miércoles 21 de mayo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.