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Vermú de domingo ·
Afortunada por dedicarse a su «pasión», opina que la actitud positiva hace que todo vaya mejor: «Háblate bien, quiérete, mímate y mima tu casa»Secciones
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Chus Cano
Vermú de domingo ·
Afortunada por dedicarse a su «pasión», opina que la actitud positiva hace que todo vaya mejor: «Háblate bien, quiérete, mímate y mima tu casa»En 2011 Chus Cano recibió una llamada proponiéndole presentar un programa de restauración de muebles. Al poco tiempo, le hicieron una prueba de cámara en su taller y, esa misma noche, ya tenía el visto bueno del canal. No es extraño, puesto que su capacidad de comunicar y su cercanía traspasan tanto la pantalla como esta entrevista, donde, además de darnos consejos sobre decoración, se emociona al contar cómo el cáncer de ovarios que le diagnosticaron hace tres años le ha cambiado su visión de la vida. Recuperada y con su energía habitual, la experta en restauración e interiorismo estrena en Canal Decasa (AMC Networks) la segunda entrega de 'En-papel-arte'.
-Sus domingos serán más de ir al Rastro que de vermú.
-Bueno, cuando yo empecé, iba al Rastro a mirar y a buscar piezas todos los domingos, pero ya hace tiempo que los paso descansando. Ahora organizo viajes con gente a la que llevo de rastros por Italia y Francia, y esos son los que más me divierten.
-¿Algún consejo para encontrar joyas en los rastros?
-Sí. Primero, no vayas con una idea predeterminada porque, a veces, lo que quieres encontrar no lo hay ese día, así que déjate sorprender. Y pregunta mucho, que preguntando se aprende. Por otro lado, si encuentras una pieza que te enamora, llévatela, porque puede ser que cuando vuelvas ya no esté. También hay que ser educado en el regateo porque, si no, parece que desprecias el producto del vendedor; por ejemplo, le puedes decir: «Se me escapa un poco de precio, ¿me lo podría ajustar?». Y, sobre todo, disfruta.
-¿Cómo empezó a restaurar y a decorar?
-Siempre me había gustado. Durante una época en la que tuve un trabajo estable y bastante bueno, me apunté a una escuela de restauración. Después me quedé en paro, pero los amigos empezaron a decirme «¿y por qué no me arreglas esto?», y así empecé, haciendo restauración pura y dura. Pero, cuando iba a sus casas para ver las piezas que querían restaurar, me preguntaban dónde las ponían, por lo que terminaba dándoles ideas de decoración. Posteriormente, empecé a interesarme por la decoración emocional.
-¿Decoración emocional?
-Sí. Es cómo decorar tu casa para que te sientas bien. Hay momentos en los que te encuentras flojo, o estás pasando por una mala racha, y donde primero se refleja todo eso es en la casa: si al entrar en casa de alguien ves que está desordenada, no quiero decir sucia, pero sí un tanto dejada, a esa persona le está pasando algo. Entonces, la decoración emocional te ayuda a ver cómo puedes ir haciendo cosas en tu hogar que te levanten el ánimo y te ayuden a estar más positivo.
-¿Qué cosas?
-No hay una regla, porque cada persona percibe las cosas de una forma diferente a través de los sentidos. Pero sí hay algo que te puede ayudar a centrar tu cabeza: el orden. No hay que convertirse en Marie Kondo, pero un orden por fuera nos puede ordenar por dentro. También puedes cambiar las paredes, con pintura o con papel pintado y, si quieres que tu casa te acoja, has de elegir un color o un estampado que te haga sentir bien.
-Es lo que hace en 'En-papel-arte', cambiar un espacio cambiando el papel.
-El cambio lo da el papel, sí. Pero, ojo: si tú no lo acompañas de una decoración adecuada, el mismo papel se puede quedar estupendo o no decir nada, porque todo acompaña. No hace falta tirarlo todo, a lo mejor, basta con lijar un mueble y dejarlo al natural, pero sí que distribuyas bien el espacio, que puedas moverte. Los aromas también son importantes; yo siempre pongo velas. Y las flores: el eucalipto o las ramas de olivo son fantásticos, porque se secan y quedan bonitos. Son pequeños detalles que consiguen que te encuentres mejor en tu casa.
-Da a los muebles una segunda oportunidad. ¿También a las personas?
-Sí, claro que sí. Desde que me detectaron un cáncer de ovarios hace tres años, me ha cambiado la mentalidad para bien. Pero estoy estupenda, ¿eh? Creo que la gente que aparece en tu vida siempre es por algo, para algo, y cuando han terminado lo que venían a hacer en tu vida, algunos se quedan, pero otros desaparecen y no pasa nada. Y sí, creo en las segundas oportunidades. Bueno, según qué segundas oportunidades; a veces, es mejor que esa persona se vaya y no vuelva.
-Hay gente que no nos interesa que esté en nuestras vidas.
-Es que, si alguien no quiere quedarse en nuestra vida, no podemos obligarle a que nos quiera. Tenemos que ser libres de elegir. Además, si das libertad, el que quiera quedarse lo hará porque elige quedarse. Esa es la gente que nos hace falta, esa es la buena.
-Lo que no decae es su entusiasmo.
-Mira, para unas cosas no tengo tanta suerte, porque estoy divorciada. Bueno, no podemos tenerlo todo, ¿no? Pero sí tengo la gran suerte de dedicarme a mi pasión. Hay que ser feliz, la vida es muy bonita, y cuando piensas que la vas a perder es más bonita todavía. Tengo siempre una actitud positiva: yo no quería que sufrieran ni mis hijos ni mi hermana, y si ellos me veían hundida, se iban a hundir. Y ahí la decoración me ayudó mucho, porque, en esos momentos tan malos, yo dije: «Mira, estoy hecha una porquería, pero voy a cuidarme, a sacar la mejor vajilla y las copas de cristal». Así que háblate bien, quiérete, mímate y mima tu casa. La actitud positiva hace que todo vaya mejor.
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