Los controles por láser, el pesado de precisión, la mezcla de los materiales o el corte e impresión de las monedas de curso legal son ... controlados actualmente por ordenador. Pero las máquinas, como ha pasado siempre, pueden equivocarse y producir tiradas de cientos o miles de monedas defectuosas. Unas salen a la calle y otras vuelven a los crisoles para ser fundidas de nuevo.
En las antiguas fábricas de moneda, también denominadas cecas, los errores eran más frecuentes e, incluso, muy apreciables a simple vista. Unas y otras monedas que llegaron al bolsillo del ciudadano pueden multiplicar hoy por miles de euros su valor entre los coleccionistas numismáticos.
Muchos abuelos atesoran viejas pesetas, algunas guardadas antes por sus padres. Pero hay que tener en cuenta que entre esas pesetas y duros que no están defectuosos puede haber ejemplares de los más caros de la historia. Son monedas emitidas a partir de los años 40, durante la dictadura. En el anverso de las mismas figura la efigie de Franco realizada por el inigualable escultor valenciano Mariano Benlliure poco antes de morir. Su tirada no fue muy larga, por lo que son pocas las piezas identificadas entre los coleccionistas.
Una peseta de 1946 acuñada en 1948, por ejemplo, puede costar cerca de 3.000 euros. Lo mismo ocurre con los duros de 1949, pero que fueron acuñados en los años 1951 y 1952. Su precio está a partir de los 6.000 euros, incluso llegando muchos de ellos a más de 30.000.
Ojo a la estrella
En ambos casos, para distinguir las monedas más valiosas de estas series de Benlliure, hay que fijarse en las dos estrellas ubicadas a la izquierda del águila que figura en el anverso. Las estrellas están separadas por la palabra 'una' o 'cinco'. En la estrella inferior está estampado el '19' y en la superior el '48', '51' o '52' que determina el año en el que fueron acuñadas.
Pero hay otras de las monedas de peseta por las que se pagan cantidades que multiplican por más de un millón su precio original. Este es el caso del duro de plata de Alfonso XIII de 1888, también denominado el Pelón, dado que tiene la efigie del monarca siendo un bebé. Aunque se acuñó hasta 1892, por la primera edición se han llegado a pagar hasta 20.000 euros. Pero por la falsificación de esta moneda también se piden más de 120 euros y de estas hay muchas.
Más antiguas, y también muy cotizadas, son las monedas de cinco pesetas del año 1869. Al parecer solo se han identificado unos cien ejemplares de las mismas por las que se pueden abonar sumas próximas a los 40.000 euros. También son muy preciadas, pero al alcance de todos los bolsillos, las monedas franquistas y de la Transición defectuosas.
A partir de 50 euros se puede pagar por ejemplares con orificios descentrados, impresos en una sola cara o con fallos en el metal.
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