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Qué es la Piedra del Destino y por qué es tan importante en la coronación de Carlos III

El monarca será coronado el próximo sábado 6 de mayo tras la muerte de su madre, Isabel II

Diego Merino

Jueves, 4 de mayo 2023, 00:51

Faltan apenas unos días para uno de los acontecimientos más importantes de la última década en Reino Unido. Carlos III será coronado junto a la reina consorte, Camila, como legítimo rey en una ceremonia tradicional que conserva el misticismo y la simbología de antaño y en la que recibirá la corona, el cetro y el orbe, los tres símbolos de su reinado.

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De todo ello será testigo la Piedra del Destino, también conocida como la Piedra de Scone, un bloque de arenisca roja de alrededor de 125 kilogramos y adornado con mitos y leyendas que será colocado durante la ceremonia bajo la Silla de la Coronación en la que estará sentado el monarca.

Hablar de esta piedra, que ha sido movida por primera vez en los últimos 25 años para esta ceremonia, podría llevar a pensar en época antiguas relacionadas con el rey Arturo y el mago Merlín, y la leyenda no se distancia mucho de esta historia, puesto que este bloque es uno de los símbolos sagrados de la Corona británica.

A pesar de todo ello, no hay una fuente fiable de su origen exacto y cómo ni cuándo se empezó a utilizar por primera vez en la coronación de reyes. El último rey escocés investido con esta piedra fue Juan de Balliol, Juan I de Escocia, en 1292.

Tras las Guerras de Independencia, en 1296, el rey Eduardo I de Inglaterra se llevó la Piedra de Escocia junto con otras insignias reales y alrededor de 1300 hizo construir e instalar una silla en la Abadía de Westminster en Londres, diseñada para sostener el bloque de arenisca. Ahora, a esa silla se le conoce como Silla de la Coronación.

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James I de Inglaterra fue el primer gobernante de Gran Bretaña en utilizarla durante su coronación en la Abadía de Westminster, el 25 de julio de 1603. Desde entonces, se ha utilizado en la toma de posesión de 26 reyes y reinas en la Abadía de Westminster.

La piedra se devolvió a Escocia en noviembre de 1996, donde se exhibe en el Castillo de Edimburgo. Lugar al que volverá tras la ceremonia de coronación de Carlos III.

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