La policía sospecha que los menores atacaron a su cuidadora para fugarse de la casa tutelada

Belén Cortés entró a trabajar a las ocho de la tarde del domingo a la casa en la Urbanización Guadiana. Debía quedarse hasta las ocho de la mañana y cerró la vivienda con llave. Desde ese momento los menores no podían salir. El piso inferior tiene ventanas, pero cerradas con verjas. Por tanto, la única salida era la puerta. Los menores tuvieron que conseguir la llave para poder marcharse.

La cuidadora fue encontrada en el piso superior, en una habitación que era en la que solía trabajar, una especie de despacho. No se sabe cómo se desencadenó la discusión, pero fue atacada y le quitaron varios objetos, entre ellos las llaves de la casa para salir y las llaves de su coche, con el que emprendieron la huida.

Uno de los menores, el de 15 años, ya se había fugado tres veces del mismo hogar tutelado en la calle Castillo de Benquerencia, en la Urbanización Guadiana. El de 14 lo acompañó en la última escapada, la que tuvo lugar entre el 1 y el 7 de marzo. Por su parte la chica de 17 años no participó en el homicidio y solo se fugó junto a los otros dos, según su abogado.

Lo que no concuerda con este móvil es la violencia del crimen, porque la educadora social recibió numerosos golpes. Se cree que logró levantarse en varias ocasiones, pero volvió a desplomarse. Además fue asfixiada con un cinturón. Un crimen brutal para poder escapar, tal y como indica la investigación.

La secuencia de los últimos días antes del crimen también apunta a que la fuga pudo estar relacionada con el crimen. Una de las hipótesis es que uno o varios de los fugados temían que sus condiciones empeorasen, por ejemplo pasando del piso tutelado a un centro de internamiento como el Marcelo Nessi. Este es para cumplimiento de medidas judiciales y los internos están encerrados allí. Sin embargo, aunque también hay menores enviados por el juez, en los pisos tienen relativa libertad, por ejemplo para salir a la calle. De hecho, la fuga anterior del 1 de marzo se produjo cuando los chicos estaban paseando por el puente de la Universidad y huyeron.

Los varones habían vuelto a la casa el día antes del crimen, el sábado 8. Los había detenido la Guardia Civil en Villafranca de los Barros por robar en un bar de esta localidad. La hipótesis es que este fue uno de los múltiples delitos que cometieron en sus seis días de fuga. Al parecer robaban para consumir drogas, entre ellas cocaína y heroína.

El día del homicidio, el domingo, aún no estaban imputados por los atracos que comieron en Badajoz, pero sí que sabían que se habían abierto diligencias contra ellos por el robo en el bar de Villafranca de los Barros. Eran conscientes porque fueron detenidos por la Guardia Civil, interrogados en el puesto de Badajoz y se informó ese mismo día a la Fiscalía. Por tanto su situación podía cambiar. Podían trasladarlos o internarlos.

A esta amenaza se sumaba otra. El 8 de marzo, el padre del menor de 14 años puso una denuncia ante la Guardia Civil de Villanueva de la Serena contra el menor de 15 años y la madre de este por facilitar drogas a su hijo. Según el denunciante, esto ocurrió en una vivienda de Villafranca durante la fuga. El análisis de sangre que se hizo al menor tras terminar la fuga determinó que había tomado cocaína y heroína. Además de interponer la denuncia, el padre del chico de 14 años envió un correo electrónico el mismo domingo a la empresa gestora del hogar tutelado para informar de esta incidencia. Pedía que se separase a ambos menores. Este progenitor estuvo en comunicación con Belén Cortés, la víctima, la misma tarde previa a su muerte precisamente tratando este problema. Si la noticia sobre la denuncia llegó a los afectados, pudo ser otra razón para motivar la fuga.

Más allá del móvil que motivó el crimen, otra clave en la investigación es determinar en grado de participación de los tres detenidos. Todos han sido internados en el Marcelo Nessi imputados por homicidio, robo con violencia (por los objetos que le quitaron a la víctima tras matarla) y delito contra la seguridad vial (por conducir el coche de la víctima sin tener carné). De sus declaraciones ya ha trascendido que se señalan entre ellos. Por ejemplo la chica de 17 años ha trasmitido a través de su abogado que no participó en el homicidio, solo en la fuga.

En la fase de instrucción en la que está el caso también será fundamental el testimonio del cuarto menor que vivía en la casa. Huyó de la misma y dio la voz de alarma en otro piso tutelado. Desde allí llamaron a la policía, así que este menor era consciente de la gravedad de lo que ocurría, pudo salir de la casa, y lo que cuente será muy importante.

La secuencia de los hechos también es muy importante de cara al juicio y la condena. Todo ocurrió en muy pocas horas. A las ocho de la tarde llegó Belén Cortés a la casa y a las diez y media se dio aviso de un accidente en Torremayor, a diez kilómetros de Mérida. Era su Renault Megane, que los menores habían robado de la puerta del chalé con la intención de llegar a la capital autonómica. En esas dos horas y media sucedió el ataque sobre Belén Cortés, el robo de los objetos que le quitaron, entre ellos su móvil y llaves, y condujeron desde Badajoz hasta Torremayor, es decir, 45 kilómetros.

Finalmente también se localizaron pruebas importantes cuando fueron detenidos, primero la chica y poco después los dos varones. Según ha podido saber 'Hoy', se recuperaron objetos que se relacionan con el crimen.