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La preocupación por las principales manifestaciones del machismo, incluida la más grave, los casos de violencia de género, se ha desplomado entre los chicos españoles ... menores de edad. Lo indica el Barómetro de Opinión que Unicef elabora cada año con la ayuda de expertos de la Universidad de Sevilla, que se suma a los estudios que comienzan a alertar de que el machismo lejos de retroceder avanza y mucho entre los adolescentes españoles.
Después de escuchar las opiniones de más de 15.000 alumnos de entre 11 y 17 años de 206 centros educativos de todas las autonomías, la tendencia parece clara. Cuatro de cada diez chicos consultados por Unicef confiesan que les preocupan «poco» o «nada» las desigualdades de género, el machismo y la violencia machista. El problema, de hecho, está fundamental en ellos. El 85% de sus compañeras de ESO o secundaria, muy al contrario, se declararon bastante o muy preocupadas por las discriminaciones, violencias y agresiones de género que sufren ellas u otras españolas. Su inquietud y alarma respecto a este particular es 25 puntos mayor que la de los chicos, un 42% superior.
El problema no solo es la altísima proporción de adolescentes españoles que no ocultan su permisividad con el machismo (40%) sino su crecimiento acelerado. En solo cinco años, el machismo y la violencia de género han pasado de ser la mayor de las preocupaciones sociales que declaraban a Unicef los escolares españoles a caer hasta el puesto número quince del barómetro de inquietudes. Si en 2019 el 89% de los chicos y chicas estaban muy o bastante preocupados por esta lacra hoy el porcentaje no llega al 73%. El desplome se debe a la cada vez mayor brecha que se abre entre ellos y ellas por la tolerancia o rechazo, según el caso, al machismo y sus consecuencias. Si la diferencia de preocupación era en 2019 de 11 puntos a favor de las chicas (93% a 82%), en solo un lustro la brecha se ha más que duplicado (85% a 60%), con 25 puntos de distancia.
La negativa tendencia tiene su reflejo en otros capítulos del barómetro, como el claro aumento entre los chicos de los estereotipos de género o machistas sobre las profesiones. Los alumnos de 11 a 17 años que creen que hay trabajos que son solo de hombres son el doble que sus compañeras. Además de abundar esta opinión sobre los empleos relacionados con la seguridad ciudadana, el desfase se percibe especialmente en dos tareas. Dirigir empresas (ellos ven cinco veces más a hombres al frente de los negocios) y montar ordenadores (con diez veces más). Por contra, la limpieza de casas o el cuidado de los niños las ven como ocupaciones o profesiones de mujeres.
El asunto que más preocupa a los menores de ambos sexos en la presente edición del barómetro son las abusos sexuales sobre niños y adolescentes, algo que ya se detectó también en las dos oleadas anteriores. Nueve de cada diez menores están preocupados por esta lacra, pero con una clara mayor desazón en el caso de las chicas. Para ellas es clarísimamente su mayor preocupación, así lo declara el 96%. Aunque para ellos también es el principal desasosiego, al aglutinar el 84% de sus temores, acumulan casi doce puntos menos de alarma.
Tras los abusos sexuales en la infancia, pero generando mucha o bastante preocupación al menos al 80% de los consultados, los menores citan por este orden el terrorismo, las guerras en el mundo, el hambre y la pobreza extremas, el acoso escolar y el 'ciberbullying', el rendimiento académico y la calidad de la sanidad pública. Si por lo que les pregunta es por cuáles piensan que son los mayores desasosiegos del país, seis de cada diez ponen en primer lugar la economía, seguida por la política y con la contaminación y el medio ambiente en tercer lugar.
Los profesionales a quienes más admiran es a lo médicos, los policías, los psicólogos y los profesores y las instituciones o colectivos que más confianza les merecen son las universidades, la sanidad pública, los científicos y las organizaciones no gubernamentales.
Uno de los elementos más positivos del barómetro es que indica que ha mejorado, y mucho, el bienestar emocional que declaran tener los menores españoles. Seis de cada diez aseguran sentirse bien o en forma siempre o casi siempre, frente a los menos del 40% que dijeron lo mismo un año antes. Los factores que más felicidad les aportan son sus aficiones, el descanso, la relajación con la familia, sus amistades y mascotas y el deporte. Sin embargo, y como un elemento más bien chocante, ni siquiera le atribuyen una nota de cinco en el ranking de lo que les aporta más felicidad (4,5) a tener muchos seguidores en redes sociales o a conseguir muchos 'likes' en sus publicaciones.
La confianza de la mayoría de los niños y adolescentes españoles en la política y en los políticos es mínima, por no decir casi inexistente. Siete de cada diez piensan que la situación económica y política de España es regular o mala, los partidos son los que cierran el listado de instituciones en las que menos confían los menores y los políticos son también la profesión peor valorada por los jóvenes. De hecho, dos de cada tres encuestados consideran que político y corrupto son sinónimos.
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