![¿Por qué voy al psicólogo?](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/03/22/Especial1920x1080--1200x672.jpg)
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«Mi psicóloga me ha dicho que escriba, me está sirviendo mucho, ¿sabes?», le dice Paula sin rubor a su amiga Martina. Con 16 años la ingresaron por anorexia, ahora sigue yendo al psicólogo, a través de su seguro privado. Se siente más fuerte, y hasta orgullosa de lo que ha conseguido. Ha conocido a mucha gente durante estos años, ha puesto cara a muchas realidades, y ha aprendido que ya nadie se esconde porque la salud es lo primero. «Mira Martina, si estás mal lo mejor es que vayas, te va a ayudar, yo salgo como nueva, te sentará bien», le insiste Paula hasta convencerla.
En la terraza a viva voz, en el metro, en grupo o en 'petit comité', hasta con personas a las que acaban de conocer, los jóvenes han acabado con la vergüenza de hablar sobre el tema, ya no sienten pudor ni tampoco el miedo a la reacción que tendrá el de enfrente. Les da igual porque han entendido que la salud mental forma parte de su bienestar. Han aumentado un 37% las demandas de atención psicológica en un año y son los jóvenes, de entre 18 y 25 años, quienes más solicitan a profesionales de la salud mental, como señalan desde la plataforma especializada ProntoPro.
Lo reflejan las estadísticas y los propios profesionales: «Se está rompiendo el tabú y es gracias a la gente más joven», reconoce la psicóloga valenciana Amparo Calandín, la reputada profesional señala directamente a un cambio generacional. «Siempre se ha mal utilizado el término de salud mental, pero igual que tenemos súper claro que hay que cuidarse, comer bien o hacer deporte, y que eso es bueno para nuestra salud, pues para la cabeza es lo mismo, las emociones hay que cuidarlas y también la gestión que hacemos de lo que nos pasa».
Calandín es especialista y ha tratado a muchos jóvenes en su consulta; ha podido comprobar lo que está calando en ellos. «Que un psicólogo es un entrenador personal, que aquí la gente no viene a desahogarse». Para la psicóloga se trata de un cambio en la sociedad porque las nuevas generaciones han decidido no aguantar, no resistir, sino mostrarse vulnerables. Dice Calandín que ya no quieren tragar sino comunicar, no quieren enfrentarse, sino ser asertivos. «Este cambio de perspectiva social está llevando a dar importancia y a poner en evidencia algunos déficits de herramientas que llevan a muchos, y por fin recurren a un especialista, que les enseña a gestionar todo eso que les pasa».
Lo que han dejado en evidencia los jóvenes al romper el tabú es el déficit en medios para abordar la salud mental. «Hay deficiencias en todo, en recursos, en personal y también en la educación sobre la salud mental, y se podría trabajar en ello desde pequeños y desde las aulas, porque los padres educan como pueden, pero en general no estamos preparados para afrontar algunas cosas que nos pasan; y no por falta de capacidades, sino porque no nos han dado las herramientas adecuadas».
Y por qué les pasa lo que les pasa. Las causas, son claras, para los expertos, como para la propia Amparo Calandín, los motivos están también ahí fuera, en los cambios sociales.
Cuando los cánones de belleza o la idea de un proyecto de vida perfecto, según las convenciones sociales, se asientan en sus cabezas ya no hay marcha atrás. La frustración por no alcanzar aquello que se ha sembrado como necesario e indispensable para su felicidad termina siendo un problema para su salud mental, que la inestabilidad económica y la incertidumbre que sufren sólo contribuyen a agrandar. El estrés, la ansiedad, la depresión, problemas de autoestima, los trastornos alimenticios y las adicciones son cada vez más frecuentes entre los jóvenes; en la Comunitat más del 70% siente ansiedad y casi el 50% sufre depresión.
Los ingresos en psiquiatría están disparados, en los últimos tres años han aumentado un 94% en adolescentes en la Comunitat, según datos del Consell Valencià de la Juventud en base a las estadísticas del INE.
La salud mental ha dejado de ser un tabú para los jóvenes y más de la mitad así lo ha manifestado en las encuestas. El problema se detecta al comprobar que los jóvenes que más recurren a la ayuda profesional son aquellos que sufren estrés postraumático o trastornos alimentarios, que son los menos frecuentes; los datos de atenciones podrían ser sólo la punta del iceberg del sufrimiento de muchos adolescentes y jóvenes valencianos: el 50% de los trastornos comienzan antes de los 14 años.
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Son datos de la Organización Mundial de la Salud, el Instituto Nacional de Estadística y del Consell Valencià de la Juventud. ¿Cómo de importante consideramos la salud mental? Y tú ¿por qué vas al psicólogo?
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