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¿Se puede meter la comida caliente en la nevera o no?

Según la OCU, esta recomendación cobra mayor importancia cuando las temperaturas son más elevadas

Clara Alfonso

Valencia

Martes, 12 de diciembre 2023, 01:09

Conservar correctamente los alimentos es fundamental para evitar problemas con las bacterias y prevenir posibles intoxicaciones alimentarias. Ya sea al transportar, almacenar o cocinar, hay reglas a seguir, y aquí viene la gran pregunta: ¿es mejor guardar la comida caliente directamente en la nevera o esperar a que se enfríe antes?

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Todos hemos escuchado a alguien decir que hay que esperar a que los alimentos se enfríen antes de guardarlos en la nevera, para evitar que se estropeen con el cambio de temperatura y que proliferen las bacterias. Pero también hay quien cree que la mejor manera de conservar los platos recién cocinados, es meterlos directamente en la nevera, dejando que se atemperen en su interior.

En medio de este debate, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), tiene claro lo que hay que hacer: «La comida cocinada, en cuanto deje de quemar, métela en la nevera, dentro de recipientes limpios. No dejes que se vaya enfriando fuera», apunta. Y es que, desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, no es necesario que los alimentos estén a temperatura ambiente antes de meterlos en el frigorífico, sino que es importante que sea la propia refrigeración la que enfríe rápidamente los platos calientes.

Según la OCU, esta recomendación cobra mayor importancia cuando las temperaturas son más elevadas: «Cuidado sobre todo en verano, los alimentos pueden estropearse con el calor y están más expuestos a contaminación», explica. Eso sí, hay que tener en cuenta que, al introducir alimentos calientes en la nevera, se eleva la temperatura del interior y el electrodoméstico consume más electricidad hasta que vuelve a recuperar su estado normal.

Asimismo, destaca la importancia de conservar los alimentos correctamente en el frigorífico, usando envases de cristal o manteniéndolos siempre envueltos, ya sean cocinados o frescos. Desde la organización aseguran que es mejor «no jugarse la salud» y recordar que un alimento contaminado «no siempre se ve raro o huele mal».

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