¿Por qué se ha puesto de moda llevar una pulsera roja en la mano izquierda?

El otro día, paseando por la calle me llamó especialmente la atención la gran cantidad de personas que llevaban una pulsera roja en su mano izquierda, y ya no hablo únicamente de mujeres, sino también de hombres, algo que me sorprendió aún más. Es fácil pensar que es únicamente una «cuestión de moda» como aquellas pulseras Rosario que puso de moda Sara Carbonero durante el mundial de Sudáfrica de 2010.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Cada vez está más extendida la razón de su uso como amuleto perfecto para evitar la mala energía, el «mal de ojo», la atracción de energías positivas y su poderoso poder de propiciar la buena suerte.

Una pulsera roja en la mano izquierda funciona como un escudo ante las malas energías y envidias ya que esta zona del cuerpo funciona como receptor del cuerpo y del alma. De este modo, si alguien trata de afectarte con vibras negativas para que te vaya mal en el amor, en el trabajo o cualquier otro ámbito de tu vida, este accesorio se fusionará con tu energía espiritual y no permitirá que el mal de ojo, la brujería o ningún tipo de mala intención te afecte.

Su color rojo está relacionado con la atracción del amor y con la leyenda japonesa del hilo rojo, la cual dice que un hilo rojo e invisible une a aquellas personas que son almas gemelas y que están destinadas a estar juntas, sin importar el lugar, el tiempo o las circunstancias. El hilo se puede contraer, enredar o estirar, pero nunca romper. Por eso, muchas parejas llevan este hilo como símbolo de su amor.

Sin embargo, para que esto funcione tienes que hacer las cosas bien. Una vez tengas la pulsera o el cordón rojo, tendrás que pedirle a una de las personas en la que más confíes que te ate el accesorio de una forma particular para que sus propiedades mágicas surtan efecto. Después, esa misma persona tendrá que hacerle siete nudos a tu pulsera, pues cada uno de ellos simboliza una dimensión espiritual que te protegerá de las energías negativas.

Esta deberá acompañarte todos los días hasta que se te pierda o se te rompa. Si esto sucede, que no cunda el pánico, esto no significa que vayas a tener mala suerte, sino que la pulsera ya ha hecho su función y ya no la necesitas.

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