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Las uñas, formadas por queratina y otros elementos proteicos, son tejidos anexos de la piel que, además de proteger los extremos de los dedos, pueden reflejar el estado de salud general de una persona. En medicina, la estructura, color y textura de las uñas se consideran marcadores clínicos, y ciertas anomalías en ellas pueden servir como indicadores tempranos de enfermedades sistémicas o deficiencias nutricionales. Entre las alteraciones más comunes se encuentran las rayas o líneas en la superficie de las uñas, que pueden variar en dirección, grosor y coloración.
Existen principalmente dos tipos de líneas visibles en las uñas: las líneas longitudinales (o verticales), que corren desde la cutícula hasta el borde de la uña, y las líneas transversales (o horizontales), que cruzan la uña de lado a lado. Aunque las líneas verticales suelen estar asociadas a la edad o a la predisposición genética, las horizontales, conocidas en medicina como líneas de Beau, pueden ser señales de episodios de salud alterada o carencias específicas.
Las deficiencias nutricionales se reflejan en diversos aspectos de nuestra salud, y las uñas no son la excepción. La carencia de ciertos nutrientes esenciales puede afectar el proceso de queratinización, debilitando la estructura de las uñas y provocando cambios visibles, como la aparición de líneas o estrías. Minerales como el hierro y el zinc, así como vitaminas del grupo B, juegan un papel fundamental en el crecimiento y la resistencia de las uñas. Cuando estos nutrientes escasean, pueden surgir alteraciones en la superficie ungueal, que se convierten en un indicador temprano de desequilibrios en la dieta y en el organismo.
La insuficiencia de hierro, por ejemplo, no solo puede causar fatiga y debilidad, sino que también se manifiesta en uñas frágiles y con líneas visibles, indicando una disminución en la producción de queratina.
El zinc, por su parte, es crucial para la síntesis de proteínas y la replicación celular. Su escasez puede dar lugar a uñas débiles y con alteraciones en su superficie. Por otro lado, las vitaminas del grupo B, como la B6 y la B12, son esenciales para la salud general del organismo, y su deficiencia puede derivar en un crecimiento anómalo de las uñas, lo que se traduce en una apariencia poco saludable.
Una de las manifestaciones más notorias de problemas de salud es la aparición de las llamadas líneas de Beau, que son surcos transversales que pueden observarse en las uñas. Estas líneas indican un periodo de interrupción temporal en el crecimiento de la uña, a menudo como resultado de un evento significativo que afecta al organismo.
Las líneas de Beau pueden aparecer tras episodios de fiebre alta, enfermedades sistémicas, desnutrición, o estrés físico, como cirugías o traumatismos. También pueden estar asociadas con condiciones como la diabetes, enfermedades cardíacas y algunas infecciones severas.
La presencia de estas líneas sugiere que el cuerpo ha experimentado un impacto que ha afectado su capacidad para producir queratina de manera efectiva, lo que puede ser un indicativo de un problema de salud más grave que requiere atención médica. Además, el número y la profundidad de estas líneas pueden variar dependiendo de la severidad y la duración del factor estresante, convirtiéndolas en un marcador visual de la salud general del individuo.
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