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Sandra Paniagua
Viernes, 22 de septiembre 2023, 22:00
La Semana Europea de la Movilidad se cerraba con el tercer encuentro de Ecomov Network dedicado a los 'Laboratorios de Movilidad en la Comunitat Valenciana'. Y es que, aglutinados en REDIT (Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana), existen once centros dedicados al desarrollo de I+D+i en colaboración con las empresas valencianas. De hecho, diversos son los proyectos que, de forma conjunta, están llevando a cabo para avanzar en la 'nueva movilidad'. Ejemplo de ello es el proyecto iMoLab, que cuenta con la financiación del IVACE, Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial, y por la Unión Europea. Este proyecto, que trata de crear un entorno de pruebas para la movilidad inteligente, aúna las capacidades y conocimiento especializado de seis institutos tecnológicos: Instituto de Biomecánica (IBV), coordinador del proyecto; Instituto Tecnológico de la Energía (ITE); Instituto Tecnológico Metalmecánico, Mueble, Madera, Embalaje y Afines (AIDIMME); Instituto Tecnológico del Plástico (AIMPLAS); Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE); e ITI, Centro Tecnológico especializado en TIC.
Para hablar de este proyecto que se está desarrollando en Valencia y explicar el trabajo que sus diferentes institutos tecnológicos están llevando a cabo en el campo de la movilidad ecológica, acudieron Samuel Félix, responsable de Tecnología de AIDIMME; Juan Francisco Granados, jefe de proyecto en el departamento de transporte y movilidad en ITENE; Juan Giménez, director del Proyecto IMoLab en IBV; y Salvador Santonja, coordinador de Ciberconectividad de ITI.
Este encuentro comenzó con la reflexión de que «si el vapor fue la revolución en el siglo XIX y los hidrocarburos lo fueron en el siglo XX que configuraron las ciudades, la movilidad, la forma de comerciar, etcétera, en este siglo la revolución va a ser la electrificación y conectividad».
Samuel Félix
Responsable de Tecnología de AIDIMME
Los ponentes añadieron también el dato como un elemento clave. «Debemos llegar a la estandarización. Ahora cada municipio tiene sus sistemas, sus aplicaciones. Necesitamos un lenguaje común para conectarlo todo», señaló Samuel Félix, a lo que su compañero de mesa apuntó que «esto no es como el combustible fósil que tienes dos mangueras diferentes, una para el diésel y otra para la gasolina. En el tema de la movilidad eléctrica, los cargadores son diferentes, los sistemas de pago también, es más complicado», explicó Juan Giménez.
A lo dicho, Salvador Santonja aportó que, además, «los proyectos nos encontramos con el reto de la digitalización. Tenemos muchas cosas, pero no están conectadas entre sí. Debemos usar la digitalización y el análisis de datos para mejorar la sostenibilidad, pero no hemos llegado a la madurez suficiente para ello», explicó Salvador Santonja.
A lo dicho se le sumó la idea de que para lograrlo se necesita, en la mayoría de los casos, invertir una cantidad considerable de dinero. No obstante, los expertos apuntaron que en muchas ocasiones se pueden poder elementos externos para poder recabar y analizar los datos sin tener que cambiar la maquinaria y realizar dicha inversión.
Juan Francisco Granados
Jefe de proyecto en el departamento de transporte y movilidad en ITENE
Ejemplo de ello es la implementación de gemelos digitales para buscar fórmulas de ahorro. «Nos damos cuenta de que en las pymes quieren meter un gemelo digital o que hagamos cálculos de las rutas más eficientes, pero no cuentan con un sistema de gestión. Con lo que es muy complicado o imposible hacerlo. La digitalización debe ir con la mejora de la gestión», explicó Juan Francisco Granados.
Al igual que en anteriores mesas de Ecomov Network, en la mesa de 'Laboratorios de Movilidad en la Comunitat Valenciana', los ponentes también se quejaron de las trabas burocráticas. «El tema normativo está encima de la mesa. Para que este cambio se desarrolle con las menos trabas posibles, debe haber un estándar a nivel administrativo. Un eléctrico tiene que poder entrar en el centro de Valencia, pero también en los centros de las ciudades del resto de España. No podemos ir averiguando en que ciudad se puede entrar y en cuál no. No podemos tener miles de ordenanzas distintas», comentó el responsable de Tecnología de AIDIMME.
Los expertos sentados a la mesa explicaron que los coches de combustión triunfaron y se implantaron porque era más factible que generar la electricidad que los vehículos necesitaban. Ahora, con el desarrollo de las energías renovables y la capacidad de producción, las reglas del juego han cambiado.
El director del Proyecto iMoLab en IBV comentó que «la sostenibilidad siempre está presente. Al final puedes medir el impacto medioambiental también a nivel consumidor. Lo que pasa es que nos cuesta más ser capaces de evaluar lo que nuestras propias acciones generan. En los proyectos que desarrollamos, como iMoLab con el apoyo del IVACE, siempre tenemos en cuenta el impacto de sostenibilidad en tres ámbitos: económico, ambiental y social».
Salvador Santonja
Coordinador de Ciberconectividad de ITI
Por su parte, Salvador Santonja explicó que en ITI «trabajamos en distintos grupos. Una parte es la digitalización y automatización de la logística, en la cual se comparten datos, se optimiza las rutas, las personas, etcétera. Otros son los sistemas de asistencia inteligente para optimizar el consumo y emisiones, sistema que gestión señales con Inteligencia Artificial. Además, trabajamos en un sistema de comunicaciones de transporte. Tenemos proyectos para eliminar el cableado de los trenes y aviones, para mejorar la conectividad de puertos...».
Desde AIDIMME, señala Félix, «como servicio tecnológico en el ámbito de la movilidad estamos tratando de aligerar los vehículos. Trabajamos sobre materiales y estructuras. Con la introducción de nuevas tecnologías, así como la impresión 3D para aligerar el transporte y que necesite menos energía para el desplazamiento. Además, nos hemos especializado en el concepto de economía circular en todos los proyectos».
Juan Giménez
Director de Proyecto iMoLab en IBV
Por lo que respecta a ITENE, Juan Francisco Granado, explicó que las áreas de trabajo «están en el reciclado de materiales, así como fomentar el uso de nuevos materiales. Trabajamos dentro de la economía circular, buscamos hacer un packaging más sostenible, mejorar las rutas de distribución, medir la huella de carbono. Trabajamos también en el desarrollo de un sistema de carga rápida de baterías, hemos desarrollado especificaciones al respecto. Ahora desarrollamos una batería de carga por inducción rápida para una moto… así como diferentes proyectos internos destinados a la eliminación de la utilización del papel».
Coste de la nueva movilidad
Los ponentes explicaron al respecto de los costes que tienen muchas perspectivas, ya sea de desarrollo, de tecnología... «Hablamos del coche eléctrico como movilidad verde y es solo una parte de ella. No podemos convertirlo todo a eléctrico. Igual es el momento de plantearse otras soluciones como el pago por la utilización del vehículo, compartir, mejorar el transporte público y fomentar su utilización, etcétera», apuntó Juan Giménez.
A lo dicho, Juan Francisco Granados añadió que, por ejemplo, «en el parque tecnológico donde estamos ubicados los institutos a las horas punta de entrada y salida se colapsa todo».
Para mejorar esta situación, Santonja propuso «una mejor planificación en cuanto a la movilidad de las personas. Igual, el hecho de digitalizar las señales de tráfico, mejorar los sensores, etcétera puede contribuir a mejorar la movilidad y esto a ser más sostenibles. Además, se debe optimizar la información para tomar las mejores decisiones en tiempo real».
A lo argumentado por sus compañeros, Samuel Félix añadió que «es necesario hacer números en cuanto al empleo que le damos a los vehículos privados. En muchas ocasiones, teniendo en cuanta el tiempo que los dejamos parados, sale más rentable compartir vehículo o coger un taxi. Es una cuestión de mentalidad y comodidad. Igual es momento de plantearse un cambio de conductas».
Durante la mesa, David de Diego, periodista especializado en movilidad que ejerció de moderador, preguntó a los ponentes sobre el uso de los coches autónomos y la confiabilidad en ellos.
«Lo cierto es que nos subimos todos los días en un ascensor y no nos plateamos la posibilidad de que pase algo o se caiga. El ascensor es un autómata como lo es el coche autónomo. Tiene un nivel de fiabilidad elevado. Lo mismo pasará con los coches, pero aún es pronto», apuntó Giménez, quien recordó que los pilotos de avión tienen sistemas de pilotaje automático, pero que deben estar pendientes del trayecto.
«Pensamos que las máquinas son perfectas, en el sector ferrocarril son autómatas y son seguros, y es así porque no hay improvisación. En la carretera, entra en juego el factor humano que puede girar sin poner el intermitente, frenar... por muchos sensores e IA que lleve el coche, no puede predecir lo que el ser humano va a hacer. En la vía pública hay más retos que en los laboratorios. Con el tiempo se podrá empezar con carriles especiales para vehículos autónomos o logística. La revolución llegará, pero todavía falta», estuvieron de acuerdo los ponentes en señalar.
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