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FERNANDO MIÑANA
Viernes, 25 de enero 2019, 00:49
Los sesudos científicos que el pasado verano, en julio, habían viajado hasta Toulouse (Francia) para participar en el congreso bienal Euroscience Open Forum se quedaron con la boca abierta cuando vieron aparecer a una 'drag queen' caminando sobre unos tacones de diez centímetros con una melena de color violeta y una barba a juego. Estaba claro que había captado su atención, el primer objetivo del español Mario Peláez.
La 'reina de la ciencia' iba coronada con el patrón hexagonal, que se extendía también por su torso, de los átomos del grafeno, el material transparente, flexible, resistente, impermeable y gran conductor de la electricidad indispensable para 'gadgets' y todo tipo de artilugios de última generación, que es una de sus pasiones.
Mario Peláez (Langreo, Asturias, 1992) aún no es muy conocido, pero aspira a serlo. No por ego sino para tener el altavoz que anhela su alma de activista. Porque este asturiano de 26 años pretende dar visibilidad a los marginados de la ciencia: mujeres, transexuales, negros, gitanos... Y lo hace a través de las redes sociales, donde se muestra con su 'alter ego', Sassy Science, y su canal de YouTube, donde desvía sus contenidos por tres vías clasificadas como '¿Por qué demonios estoy haciendo esto?', 'Reinas que fueron robadas' y 'Reinas de hoy'.
Su misión es hacer una labor de divulgación con las mujeres científicas de ayer y hoy, marginadas del STEM -acrónimo de los términos, en inglés, Science, Technology, Engineering y Mathematics, las cuatro grandes áreas de conocimiento en las que trabajan científicos e ingenieros-. Así que lo mismo da una explicación sobre quién es Rosalind Franklin, una de las reinas que fueron robadas, que sube a Instagram un retrato de la canadiense Donna Strickland, quien recientemente se convirtió en la tercera mujer ganadora del Premio Nobel de Física en 117 años tras Marie Curie (1903) y Maria Goeppert-Mayer (1963).
En su cuenta de Twitter (@science_sassy) enumera los motivos de su proyecto. «Estoy enfermo y cansado de las minorías en STEM (y en la vida real) que no obtienen el reconocimiento que merecen», advierte en un tuit. «Drag es una excelente manera de comunicar», añade. En YouTube se presenta como «'Dr. Sass', activista LGTB+ abiertamente bisexual, 'drag queen' amateur y estudiante de Física».
Mario, doctorando en el Instituto de Nanociencia de Aragón, se inspiró en el taller de comunicación montado por Enabling Excellence, una red internacional de formación que reciben trece doctorandos en nanociencia y nanotecnología financiados por la Unión Europea. Ahí le retaron a pensar en grande y superar los obstáculos. Y como llevaba dos años como 'drag queen' en una asociación LGTB+ de Zaragoza optó por esta vía para llamar la atención. «Al menos ahora ya sé pintarme», bromea.
«La comunicación es un pilar para hacer ciencia, ya sea escribir un buen artículo, hacer una buena conferencia o presentar un buen póster (de ciencia)», razona en una entrevista con la web 'SINC', donde también afirma que no tiene miedo de acabar siendo una caricatura de su rol como científico. «La comunicación científica es para que la gente se interese por ella, no para que adquiera un conocimiento de máster en Física. Y, sobre todo, es para que entienda que la ciencia es importante y que todo el mundo puede hacerla».
Mario Peláez no es la única 'reina' de la ciencia que hay en España. También reclama su cuota de protagonismo Lana Vuli, el nombre 'artístico' del catalán Òscar Sanz, que es doctor en Química Ambiental.
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