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El reino de 'Frozen' existe: así es Hallstatt

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

Lunes, 13 de enero 2020, 00:17

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

EFE
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

EFE
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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EFE
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.
Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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Hallstatt era hace diez años una villa idílica al borde de un lago de ensueño y aún lo sigue siendo, pero de otra manera. Lo que entonces le faltaba al pequeño pueblo austriaco, ahora le sobra. Tiene gente para dar y regalar, la hay por todas partes, tanta que hasta los visitantes se cuelan sin permiso en las casas en busca de un baño que no esté ocupado. En el pueblo residen 778 vecinos pero no lo parece porque apenas se les ve. Su presencia se diluye ante las riadas de personas que transitan por las calles en busca de un lugar vacío donde sacarse una foto mientras decenas de drones sobrevuelan los tejados para obtener imágenes impactantes. Hay turistas que llegan a la localidad convencidos de que se encuentran en un parque temático donde todo es de cartón piedra y todo está a la venta. Otros creen que están recorriendo el auténtico Arendelle, el reino de la película 'Frozen'. Hallstatt es un pueblo de moda, hasta ha sido calificado como «el más 'instagrameable' del mundo», y eso está siendo su ruina.

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lasprovincias El reino de 'Frozen' existe: así es Hallstatt