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Sábado, 26 de septiembre 2015, 00:33
Las tendencias sociales están claras, se avanza hacia un envejecimiento progresivo de la población. Cada vez más, existe un mayor número de personas que requieren ayuda para poder realizar las actividades básicas de la vida diaria, en su mayoría personas mayores.
En este contexto, es necesario apoyar a las personas que se encuentran en situación de dependencia y sus familiares por lo que se hace necesario potenciar políticas sociales adecuadas a esa realidad. El sector de atención a las personas dependientes tiene un papel indispensable, más necesario que nunca. Actualmente, sólo en los más de 200 centros integrados en la Asociación Empresarial de Residencias y Servicios a Personas Dependientes de la Comunidad Valenciana (AERTE) más de 24.000 personas son atendidas diariamente. Pero la demanda crece, y aumentará a medida que pasan los años.
En este sentido, hay que evitar que el sistema de atención a la dependencia siga desbordado, hay que aumentar su capacidad de atención y agilizar los procesos para asignar las prestaciones que les corresponde por Ley. Un ejemplo de ello, es que en nuestra Comunidad miles de personas que han sido valoradas como grandes y severos dependiente aun esperan ser atendidas. Tiempo de espera que en pleno siglo XXI es inasumible para estas personas con necesidades de atención socio-sanitaria inmediata.
Tras ocho años de la aplicación de la Ley de Dependencia, la Comunidad Valenciana sigue en los últimos puestos en su implantación, tanto en la dotación presupuestaria como en la coordinación. Es necesario un cambio, un giro de 180 grados del modelo asistencial. Una iniciativa que desde AERTE, como entidad más representativa del sector socio-sanitario en nuestra comunidad autónoma, se viene reclamando a las distintas administraciones y gobiernos desde hace años.
Vivimos en un territorio con un nivel de cualificación profesional y personal muy elevado. Una Comunidad que ha sido y es pionera en muchos ámbitos. Somos referencia para otras autonomías por algunas iniciativas innovadoras que se ha aplicado a la gestión de la dependencia. Iniciativas fruto de la imprescindible colaboración público-privada.
Pero queda mucho por hacer, es la misión de AERTE plantear de forma continua políticas para dinamizar, en un entorno complejo, la sostenibilidad de un sector cuya responsabilidad principal es conseguir que las personas puedan ser atendidas de la forma más eficaz. Tras años de acuciante crisis, en la que las residencias no han dejado de dar un servicio de calidad a pesar de las numerosas dificultades, parece que se inicia el camino para renovar el modelo asistencial. AERTE espera del nuevo Gobierno de la Comunitat una verdadera apuesta por la dependencia, de hecho valora positivamente algunos pasos que ya se han dado, pero existen muchos frentes que resolver tras años de paralización, algunos de ellos de urgencia: un plan de pagos para que el sector pueda definir mejor su futuro e inyectar inversiones; un nuevo modelo de atención en salud mental; la resolución de expedientes de personas que esperan ser atendidas o el desarrollo de un acuerdo marco de concierto de plazas con transparencia y claridad, que posibilite la deseada libertad de elección por parte del usuario, en el que todas las personas tengan los mismos derechos y el mismo trato, y que conlleve la participación en igualdad de condiciones de todos los centros acreditados.
El sector de la dependencia no sólo tiene un impacto en el entorno socio-sanitario, que garantiza la atención a un elevado número de personas, sino que a la vez, produce unos retornos directos e indirectos que estimulan el tejido productivo. La Dependencia genera un puesto de trabajo por cada dos plazas residenciales, además de puestos indirectos y recursos con la prestación de sus servicios. Actualmente solo las empresas asociadas a AERTE emplean a más de 12.000 personas.
Hay que seguir construyendo de manera urgente, entre todos, un renovado modelo que sea viable y sostenible en su desarrollo y aplicación. Tenemos el deber social de generar proyectos que garanticen una atención de calidad y, a su vez, accesible a todos acorde a las necesidades de la población dependiente. AERTE lo lleva reclamando hace años por considerarlo beneficioso para la población dependiente pero también como medida de contención del déficit público. No debemos dejar pasar esta nueva oportunidad.
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