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Martes, 27 de diciembre 2022, 00:59
Alrededor de un 8% de la población de todo el mundo nota zumbidos o pitidos en el oído sin que exista ningún sonido externo que los provoque, según datos que maneja la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata de acúfenos o tinnitus, una verdadera molestia para muchas personas, ya que en ocasiones puede ser persistente y que afecta a profesiones y ámbitos en los que el oído está expuesto a ruido continuo.
Los expertos avisan de que los acúfenos son una enfermedad en sí mismos. “Se trata de un síntoma, igual que el dolor o el vértigo, por lo que hay distintas patologías que pueden producir está alteración”, explica el doctor Rafael Ramírez, jefe de servicio de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital IMED Valencia. Cualquier tipo de pérdida de audición, de hecho, “puede llevar asociado la presencia de acúfenos, pero también alteraciones en la mordida de la boca, algunas alteraciones vasculares, etcétera”. De una manera general, “la causa más frecuente de acúfenos está relacionada con alteraciones del oído que pueden ser muy sencillas o más complejas”, detalla el doctor Ramírez.
En contra de lo que se suele creer, la mayor parte de los acúfenos se presentan y desaparecen al poco tiempo. “No es frecuente que alguien que haya tenido acúfenos los siga teniendo durante mucho tiempo. Sin embargo, hay un grupo de personas con acúfenos que tienen problemas a largo plazo. Si es muy fuerte y está asociado a otros asuntos como la pérdida auditiva, el paciente debe acudir cuanto antes al médico”, plantea el jefe de servicio de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital IMED Valencia, departamento que se dedica al diagnóstico, prevención y tratamiento médico y quirúrgico, de todas las patologías que afectan a los oídos, nariz y garganta en pacientes de todas las edades, desde su nacimiento a su cénit, apostando tanto por un correcto diagnóstico y valoración del problema de cada paciente, como por la aplicación de un tratamiento médico o quirúrgico personalizado.
Los acúfenos tienen asociadas varias dolencias. Las más graves pueden ser “alteraciones del sistema nervioso central”, explica el doctor Ramírez: “Hay algún tipo de inflamación en el sistema nervioso central o hay algún tumor, que suelen ser benignos, en la vía auditiva, aunque eso no es lo común”. “Normalmente, detrás del acúfeno hay una enfermedad benigna o una alteración temporal”, aclara.
De cara a tratar los acúfenos, el doctor Ramírez explica que, aparte de que desaparezca o no la molestia, en el tratamiento entra en juego de una forma especial la tolerancia que tiene cada paciente a este síntoma. “Dentro de los síntomas que alteran la calidad de vida de un paciente, el que más la altera es el dolor, el segundo es el vértigo y el tercero es el acúfeno. Por eso, lo que hay que intentar es que un acúfeno no se transforme en un problema, porque entonces se activa una zona del cerebro, el sistema límbico, que altera las emociones, el estado de ánimo, el sistema de control vegetativo y el acúfeno empieza a parecerse a un problema”, concreta responsable de la Unidad de Otorrinolaringología de IMED Valencia. En el caso de que un acúfeno dure más de lo normal, “es conveniente consultar, ya que, aunque sabemos que lo más probable es que desaparezca, hay una cantidad de acúfenos que se quedan; en ese caso, haremos todo lo posible para que no repercutan mucho en el estado de ánimo y la calidad de vida”.
Una vez que se ha descartado que no se trata de un tumor o una enfermedad más grave, se inicia el tratamiento. En la Unidad de Otorrinolaringología de IMED Valencia se realiza siempre un abordaje multidisciplinar del caso. “Si, por ejemplo, tenemos un problema de tensión alta, dentro del oído a veces podemos notar un acúfeno pulsátil, como si escucháramos las pulsaciones de corazón. También el acúfeno puede ser provocado por un problema de hipertiroidismo y aunque estos son casos raros, hay que estudiarlo y ver cuál es la mejor solución. A veces incluso una de la parte importante del tratamiento consiste en hablar con los psicólogos que aplican terapia cognitivo conductual, por eso como decía a veces se trata de abordar el problema de manera multidisciplinar”, explica el doctor Ramírez.
El doctor Rafael Ramírez Lloréns ha desarrollado su carrera profesional en el Hospital Universitario la Fe de Valencia hasta 2001 y posteriormente en el Hospital Universitario de La Ribera hasta el año 2020 y donde se encargó de la Unidad Funcional de Equilibrio durante 19 años. En su ejercicio profesional se ha centrado en estudio de la Otología, los vértigos y alteraciones del equilibrio y la roncopatía y trastornos del sueño, con un trabajo que se ha desarrollado fundamentalmente en la actividad asistencial y con una amplia experiencia en cirugía otológica, implantes de cocleares, prótesis de conducción ósea y prótesis semimplantables y totalmente implantables de oído medio. También se ha dedicado al estudio y tratamiento de la patología del sueño y pertenece a la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL-CCC), a la Sociedad Española del Sueño (SES), y al Grupo MEN conformado por especialistas españoles que se dedican a la patología vestibular. En sus cerca de 30 años de profesión ha compaginado su labor asistencial con una extensa formación e investigación centrada principalmente en las afecciones de oído y vértigo, lo que le permite ser un experto en este tipo de síntomas y su tratamiento, tanto si son molestias pasajeras como si persisten.
Un buen número de pacientes con acúfeno persistente no puede desentenderse, con todas las consecuencias que ello conlleva. “Siempre intento hacer un tratamiento progresivo, es decir, primero explicarle al paciente qué le está pasando y por qué. También hay que descartar patologías simples, como un tapón de cera que puede estar produciendo un acúfeno por presión dentro del conducto auditivo, o incluso algo muy frecuente como es el bruxismo, que consiste en apretar o rechinar los dientes de manera inconsciente y normalmente en el momento en el que dormimos, que también puede producirlos mientras la persona bruxa o incluso a largo plazo. Lo importante es tratarlo pronto, para que el tratamiento sea lo más fácil posible ya que si convivimos con el acúfeno varios años será más difícil tratarlo”, detalla el especialista.
La causa más frecuente que lleva a la aparición de acúfenos es la pérdida auditiva y, frente a ello, el doctor Ramírez usa como tratamiento la terapia de reeducación de tinnitus. Básicamente, se utiliza “una serie de sonidos blancos que ocupan todo el espectro de frecuencias, como el agua corriendo por un río o el viento moviendo los árboles”. Este tipo de sonidos ayudan a disminuir la intensidad y a evitar también que el paciente esté pendiente del acúfeno y pueda incluso conciliar el sueño. “Muchas veces si el paciente tiene insomnio y tiene un pequeño acúfeno, puede ser un verdadero problema”, aclara el doctor Ramírez. En esto casos, se tratan los síntomas con música relajante, ventiladores de fondo para dormir o incluso aplicaciones móviles específicas que hacen que el paciente deje de prestar atención al acúfeno y pueda dormir.
Ese es el primer paso, tras el que viene la medicación. “Según el tipo de paciente y el perfil de acúfeno que tiene, podemos utilizar cosas más generales como con los extractos de ginkgo biloba, que están clasificados como medicamentos. Esto no lo cura, pero es algo que suele ayudar a los pacientes. Después encontramos otro tipo de medicamentos más complejos que estos sí que interactúan con el sistema nervioso central y producen sedación o efectos secundarios que debemos valorar a la hora de recetarlos, porque muchas veces es necesario”, concreta el jefe de servicio de la Unidad de Otorrinolaringología de IMED Valencia.
El ruido y los sonidos muy intensos producen varios tipos de alteraciones y alteraciones psíquicas como el estrés, pero a nivel físico, también afectan al oído interno y van matando células dentro del oído que no se recuperan. “El problema reside en el volumen y el tiempo de exposición, por ejemplo, cuando nos explota un petardo cerca mueren muchas células o incluso un ruido muy fuerte e intenso en un periodo corto de tiempo pueden producir la pérdida auditiva completa”, explica el doctor Ramírez. “Luego está el caso de las personas que están expuestos a ruidos intrusos por encima de 80-90 decibelios durante mucho tiempo. La forma de vida o la profesión también está muy relacionado. Músicos, pirotécnicos, DJ’s o militares son profesiones que tienen más riesgos de tener problemas de audición. Actualmente con los cascos muchas personas están expuestas a música a unos decibelios que pueden afectar a los oídos. El sonido afecta a nuestras vidas mucho más de lo que creemos”, añade.
Por todo ello, el doctor Ramírez insiste en que, ante la aparición de acúfenos, es esencial buscar ayuda profesional. “Nosotros como médicos, para empezar, podemos objetivar de varias maneras qué acúfeno tiene el paciente. También podemos objetivar con escalas cuánto afecta su vida diaria y entonces tratarlo para que el paciente pueda convivir mejor con él, por si se queda e incluso normalmente bajar la intensidad del mismo. Si tienes tiempo para el paciente y tratas el acúfeno, te das cuenta de que la intensidad baja. Nosotros, por suerte, en IMED Valencia cada vez estamos viendo a más pacientes y nuestro equipo sigue creciendo”, destaca. La recomendación también se traslada al nivel personal y laboral: “No se expongan a ruidos fuertes. Es muy importante la regulación laboral y que las empresas cumplan con los estándares de ruido. El sonido es algo que afecta nuestras vidas más de lo que creemos”.
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