r.d.
Viernes, 13 de enero 2023, 20:54
La sal es un potenciador de sabor de los alimentos, pero últimamente la tendencia se inclina a utilizar cuanto menos sal mejor. Muchas personas asocian a que un plato es más saludable conforme menos sal contiene. Eso realmente no es del todo cierto, ya que la sal en su justa medida puede ser muy beneficiosa. De hecho, según la OCU, eliminando a sal de nuestras comidas eliminamos también el sodio, un nutriente muy beneficioso para nuestro organismo.
Publicidad
El sodio es esencial ya que permite al organismo tener un equilibrio iónico y retener el agua para mantener unos buenos niveles de hidratación. También actúa sobre el sistema nervioso y en la contracción muscular.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es recomendable que las personas mayores de 11 años consuman 5 gramos de sal al día, es decir, lo equivalente a una cucharadita de café. Esta es la ingesta máxima recomendda según la OMS:
Sin emabrgo, siempre consumimos mucha más sal de la recomendada. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha revelado que los españoles tomamos 10 gramos al día, es decir, el doble de lo que recomienda la OMS. Es ahí, en la ingesta excesiva, donde aparecen los problemas de consumir sal.
Para comprender mejor cuál es el máximo que debemos consumir hay que entender la diferencia entre la sal añadida y la sal oculta. La añadida es aquella que nosotros ponemos de forma consciente para aderezar un plato o alimento. La sal oculta es la que ya poseen de forma natural muchos alimentos y también la que añade la industria en los alimentos procesados: pan, queso, embutidos, salsas, platos preparados e incluso dulces. En ese sentido, el consumidor no es consciente de cuanta sal toma al día ya que no nos paramos a leer las etiquetas de los alimentos y desconocemos la sal que tienen algunos alimentos. De este modo, la sal oculta supone el 75% del total que ingerimos: 4,9 g diarios de media, casi el 100% de la recomendación diaria en sal.
Publicidad
Noticia Relacionada
Según un estudio realizado por ANIBES las principales fuentes de sal oculta son las siguientes:
27% carnes y derivados, donde destacan los embutidos;
26% cereales y derivados, sobre todo el pan;
14% productos lácteos, en particular el queso;
13% platos preparados;
6% pescados y mariscos, donde destacan las conservas;
Publicidad
4% productos de aperitivo;
3% salsas y condimentos;
2% productos dulces;
el 2% restante lo conforman varios alimentos procesados.
Un alto consumo de sal durante un tiempo prolongado se puede traducir en:
-Un aumento de la tensión arterial o hipertensión. Además, la hipertensión arterial está asociada con el riesgo de enfermedades y mortalidad cardiovascular. A nivel mundial, la hipertensión arterial es la mayor causa de muertes evitables, sobre todo porque provoca ictus, síndrome coronario agudo y problemas renales. De hecho, en las poblaciones con menor consumo de sal, se ha comprobado que hay menos riesgo de muerte por ictus o accidentes cerebrovasculares.
-El abuso de sal también se ha relacionado con el cáncer gástrico.
-Puede influir en la osteoporosis: tomar mucho cloruro sódico aumenta la excreción de calcio por la orina en mujeres posmenopáusicas, lo cual puede favorecer un agravamiento del cuadro de osteoporosis.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.