Arritmias: falta de aire, dolor en el pecho y palpitaciones rápidas, posibles indicadores

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que son responsables del 31% de fallecimientos del mundo y que representan 17 millones de defunciones anuales. La Fundación Española del Corazón confirma esta preocupante tendencia con más datos sobre de las enfermedades del corazón en nuestro país: cada año se producen en España en torno a 30.000 muertes súbitas. La gran mayoría de ellas fueron provocadas por dolencias cardiacas que siguen considerándose raras a día de hoy fruto del desconocimiento que hay. Los fallecimientos de deportistas en los últimos años han visibilizado un problema de salud que siempre ha estado ahí y que merece un trato y atención importante.

Las arritmias protagonizan parte de esta lacra. Se entiende por arritmia cualquier alteración en el origen, la frecuencia o la forma de transmisión del impulso que hace latir el corazón. Cualquier desviación de la normalidad de la forma normal de activarse el corazón. Existen muchos tipos de arritmias y, por tanto, muchos mecanismos. «Podemos encontrar alteraciones congénitas –con base genética o hereditaria o sin ella–, alteraciones funcionales del mecanismo normal de activación del corazón, alteraciones provocadas por otros padecimientos como inflamación, degeneración, cicatrices, tras padecer infartos de miocardio, por ejemplo, o trastornos relacionados con el envejecimiento y la edad», argumenta el doctor Ricardo Ruiz, especialista en arritmias y electrofisiología cardiaca del Hospital Quirónsalud Valencia.

Las palpitaciones acompañadas de sensación de falta de aire, dolor en el pecho acompañado de una pérdida de conciencia o las palpitaciones rápidas de inicio y fin brusco. Todos ellos son motivo de alerta y consulta inmediata con un especialista. Son síntomas preocupantes que deben ser examinados urgentemente por un profesional. También exige revisión la pérdida de conciencia no aclarada después de un estudio preliminar o en el que se aprecia alguna alteración cardiaca o del electrocardiograma. «El síntoma más frecuente son las palpitaciones, es decir la percepción anormal del latido cardiaco –más rápido, desacompasado, más lento, etcétera– aunque otros síntomas que a veces se asocian a las arritmias son la sensación de falta de aire, el dolor en el pecho, la pérdida de conciencia», explica el doctor Ruiz.

El peligro que supone para la salud el hecho de contraer arritmias depende del tipo de arritmia. «Hay todo un espectro, desde arritmias banales, que pueden ser molestas pero que no alteran el pronóstico del paciente, hasta arritmias letales, piensen que la causa de la mayoría de episodios de muerte súbita o repentina es una arritmia», apunta el especialista en arritmias y electrofisiología cardiaca del Hospital Quirónsalud Valencia. El facultativo subraya la importancia de un correcto diagnóstico para establecer un pronóstico acertado. «Un elemento fundamental que interviene en el pronóstico de una arritmia es la presencia o no de una enfermedad cardiaca. La aparición de una arritmia en un paciente que padece ya una enfermedad del corazón hace más difícil el manejo y puede condicionar un peor pronóstico», desvela.

La esperanza de vida estimada depende del tipo de arritmia y, especialmente, de la presencia o no de una enfermedad estructural del corazón, una cardiopatía. Por ejemplo, la esperanza de vida de un paciente con taquicardias supraventriculares sometido con éxito a una ablación del mecanismo de la taquicardia es la misma que la de su grupo poblacional. En cambio, la presencia de arritmias ventriculares graves en un paciente con insuficiencia cardiaca severa es un marcador de mal pronóstico.

Dada la gran variedad de tipos de arritmia que existen, también hay un amplio abanico de tratamientos para combatirlas. Hay arritmias, por ejemplo, que no necesitan tratamiento. Sin embargo, «en ocasiones, se instaura un tratamiento con medicamentos tomados solo durante el episodio de arritmia o tomados preventivamente para controlar que no haya episodios», relata el doctor Ruiz. En arritmias persistentes, se puede optar por tratamientos que impidan que esta tenga consecuencias importantes, controlando la frecuencia cardiaca e impidiendo que se formen coágulos dentro del corazón.

Para las arritmias en las que la frecuencia cardiaca es excesivamente lenta, puede necesitarse la implantación de un marcapasos. En otras arritmias, puede intentarse la destrucción, mediante un catéter de la zona que provoca la arritmia, bien mediante energía de radiofrecuencia –provoca calor–, bien mediante crioenergía –frío–. «Estas técnicas se denominan técnicas de ablación transcatéter», resuelve el especialista, que añade que en los casos de determinadas arritmias potencialmente mortales, «se puede implantar lo que se llama un desfibrilador automático, capaz de suprimir la arritmia mediante estimulación o choques eléctricos».

La mayoría de arritmias permiten la práctica de deporte recreativo, aunque es cierto que los deportes de alta carga, de alta intensidad, pueden favorecer la aparición de ciertas arritmias. Siempre puede encontrarse un nivel de actividad física apropiado a cada paciente. Existen algunas arritmias en las que se desaconseja la práctica deportiva intensa, porque puede exacerbar la arritmia. Por supuesto, en este tipo de arritmias el deporte competitivo no es aconsejable. La práctica deportiva profesional suele desaconsejarse mientras la arritmia no esté controlada.

Las arritmias pueden clasificarse de muchas maneras. Según la frecuencia cardiaca, existen las bradiarritmias –bradicardias– cuando es lenta y de taquiarritmias –taquicardias– cuando es rápida. Por la regularidad del latido cardiaco, pueden ser regulares e irregulares. Por su origen, hay arritmias supraventriculares cuando se originan esencialmente en las aurículas, aunque luego se transmitan a los ventrículos, y de ventriculares cuando el origen se encuentra en los ventrículos.

Solicita más información acerca del tratamiento de las arritmias en el hospital Quirónsalud Valencia