Clara Alfonso
Valencia
Miércoles, 24 de mayo 2023, 20:21
La comodidad que representan los supermercados y la facilidad de realizar compras rápidas, son aspectos que valoramos mucho como consumidores. El hecho de llegar, seleccionar los productos ya envasados y proceder al pago sin necesidad de esperar o interactuar con un dependiente puede ahorrar tiempo y agilizar el proceso de compra. Sin embargo, detrás de esta comodidad se esconde una reflexión importante sobre la naturaleza de los alimentos envasados: ¿Conocemos realmente la procedencia, calidad y contenido de los productos que adquirimos?
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Sobre esta misma cuestión ha reflexionado el nutricionista Pablo Ojeda, colaborador habitual de La Sexta. Concretamente, ha hecho hincapié en los filetes de pollo envasados. En su intervención en el programa 'Mas Vale Tarde', el experto ha incidido en que «hay muchas veces, cuando venden pollo, que gran parte del pollo es agua», algo que ocurre «aunque esté cortado finito».
«Cuando lo metes en sartén, lógicamente, se reduce, encoge, y te pueden dar un poco de gato por liebre. Dicho lo cual: es inocuo para las personas, pero es importante leer las etiquetas», ha insistido. El nutricionista ha señalado que hay etiquetas en las que no se encuentra un listado detallado de ingredientes. Esto ocurre porque «cuando solamente hay un único ingrediente no es obligatorio poner los ingredientes: Si no pone nada es porque solo es pollo».
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Tras ofrecer ese dato, la periodista Cristina Pardo ha lanzado una pregunta muy importante: «¿Podemos decir que en el supermercado la mayoría de las veces lleva agua? Porque nos lo venden a precio de pollo pollo y al final es pollo agua...». A lo que Ojeda ha respondido con un consejo: «Cuando tú lo compras al corte, en el pollero, por norma general es pollo. Cuando tú lo compras envasado... mira la etiqueta», aconseja.
Una de las pruebas más eficientes para descubrir que el pollo tiene una parte importante de agua, pasa por cocinarlo en una sartén con un poco de aceite. Si se fríe, el aceite empezará a saltar más de la cuenta. Además, «ves cómo encogen. Ahí sí te pueden dar gato por liebre», subraya el nutricionista.
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También ha apuntad que el atún rojo es otro de los alimentos donde más '«gato por libre» se da, ya que en muchos establecimientos hacen pasar el atún normal por atún rojo «pintándolo» con colorantes alimenticios, que son inocuos pero engañan al consumidor. «Se distingue por el precio, en torno a los 30, 40 euros al kilo. El normal está en torno a 9 o 10 euros el kilo», ha destacado.
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