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El cáncer de mama es una de las enfermedades con mayor incidencia que afecta a las mujeres en todo el mundo. En 2020, último año con cifras publicadas, se diagnosticaron 2,3 millones de casos en todo el mundo, y supone la quinta causa de mortalidad entre las mujeres. Afortunadamente, los avances en la detección temprana y el tratamiento han mejorado significativamente las tasas de supervivencia. En este contexto, uno de los aspectos más críticos en el manejo del cáncer de mama es la decisión de someterse a una cirugía. Este procedimiento, que puede incluir una mastectomía o extirpación completa del seno, o una lumpectomía o extirpación parcial del seno, se presenta como una opción fundamental en la lucha contra esta enfermedad.
El tratamiento quirúrgico desempeña un papel central en el tratamiento del cáncer de mama, como parte del enfoque terapéutico, «en más del 95% de los casos», según el jefe de cirugía de la Unidad de Mama de Quirónsalud Valencia, doctor Francisco Ripoll. Por lo general, tiene una finalidad curativa y busca erradicar el tumor de manera completa. En casos menos frecuentes, la cirugía tiene una finalidad paliativa crucial para evitar complicaciones o efectos indeseados asociados al crecimiento tumoral, entre los que el doctor Ripoll destaca «el sangrado, sobreinfecciones o dolor en tumores ampliamente diseminados y en los que la posibilidad de curación es mínima, pero que la cirugía puede contribuir a mejorar la calidad de vida de las pacientes».
En un número reducido de casos, la cirugía no se realiza. Esto puede deberse a diversos motivos, como cuando el tumor presenta un buen pronóstico, en mujeres de edad avanzada, o en aquellas con patologías asociadas donde el riesgo de la cirugía supera los beneficios en el tratamiento. La toma de decisiones, en estos casos, requiere una evaluación cuidadosa y personalizada en la que es fundamental un enfoque integral y la participación activa del paciente en el proceso de tratamiento.
Existen diferentes secuencias de los tratamientos en el cáncer de mama, que varían según las características moleculares y el grado de extensión del tumor. El doctor Ripoll afirma que, en la mayoría de los casos, «la cirugía es el primer acto en el tratamiento del cáncer de mama, como es en el caso de los tumores luminales y en los HER-2 y triple negativo de pequeño tamaño».
En otros casos, el tratamiento médico, que puede incluir quimioterapia, anti-HER2 o hormonoterapia, es el tratamiento inicial. Esto suele ocurrir «en los tumores con sobreexpresión de receptores HER-2, en los cánceres, o bien tumores, triple negativo con tamaño generalmente superior a entre 10 y 15 milímetros, y en tumores con enfermedad locorregional avanzada, tumores que pueden beneficiarse de una cirugía menos agresiva si se administra en primer lugar el tratamiento médico», explica el jefe de cirugía de la Unidad de Mama de Quirónsalud Valencia.
En primer lugar, es fundamental destacar que la extirpación completa de la mama no siempre es necesaria. La tendencia actual es adoptar un enfoque más conservador en el tratamiento quirúrgico del cáncer de mama. Una de las razones para esta práctica es la administración de tratamiento médico antes de la cirugía, con el propósito de reducir el tamaño del tumor. Esto convierte a una cirugía radical, como una mastectomía, en una opción más conservadora para preservar la mama.
Sin embargo, hay determinados casos en los que la mastectomía sigue siendo indicada. Estos casos incluyen «tumores extensos con una mala relación entre el tamaño del tumor y el tamaño de la mama, infiltración de la piel por el tumor, presencia de microcalcificaciones extensas, tumores con localización múltiple en la mama, mala respuesta al tratamiento neoadyuvante, incapacidad para obtener márgenes libres de tumor tras una cirugía conservadora, contraindicación para la radioterapia mamaria después de una cirugía conservadora, y, por supuesto, teniendo en cuenta la opinión y preferencia de la paciente hacia una mastectomía frente a una cirugía conservadora», expone el doctor Ripoll. La toma de decisiones en estos casos implica una evaluación minuciosa de todos estos factores, con el objetivo de ofrecer un tratamiento personalizado que sea tanto efectivo como respetuoso con la calidad de vida de la paciente.
Además, tal y como afirma el doctor Ripoll, la mastectomía bilateral, es decir, la extirpación de ambas mamas, resulta recomendable en algunas situaciones, tales como «en los casos de cáncer de mama bilateral donde haya indicación en ambas mamas de mastectomía, y en los casos de mutaciones genéticas donde exista un riesgo elevado de desarrollar un cáncer de mama».
Al considerar el tratamiento quirúrgico, es esencial mencionar el papel crucial del ganglio centinela. Este ganglio, que es el primer ganglio linfático al que drena el tumor, se somete a una biopsia para determinar si hay metástasis. Si el ganglio centinela no muestra evidencia de propagación del cáncer, se puede evitar la extirpación completa de los ganglios linfáticos. «Conocer el estado del mismo es importante a la hora de decidir el tipo de tratamiento quirúrgico, médico y/o radioterapia asociada, más adecuado para la paciente», asegura el doctor Francisco Ripoll.
La cirugía del ganglio centinela está indicada en aquellos casos donde la exploración clínica y radiológica de la paciente presuponen que no hay afectación tumoral en los ganglios axilares. También se utiliza tras un tratamiento quimioterápico previo cuando en una axila que por exploración radiológica había certeza de infiltración tumoral en los ganglios, pero que tras la administración del tratamiento médico se piensa que ha habido respuesta y no quedan células tumorales. Este enfoque proporciona una herramienta valiosa para evaluar la respuesta al tratamiento y adaptar la estrategia quirúrgica según las necesidades específicas de cada paciente.
El tiempo de recuperación de la paciente, según el jefe de cirugía de la Unidad de Mama de Quirónsalud Valencia, «va a depender del tipo de cirugía y de la propia paciente». En el caso de una cirugía conservadora, los tiempos de recuperación suelen ser cortos. «He visto a mujeres incorporarse a su vida habitual antes de una semana tras la cirugía», destaca el doctor Ripoll. Sin embargo, en el caso de la mastectomía, los tiempos de recuperación suelen alargarse hasta un mes.
La atención postoperatoria integral, que incluye el apoyo emocional y la planificación cuidadosa de tratamientos adicionales, es esencial para garantizar una recuperación exitosa y mejorar la calidad de vida de las pacientes. La decisión de someterse a una cirugía en el tratamiento del cáncer de mama es compleja y personalizada, y cada paso del proceso, desde la intervención quirúrgica hasta la recuperación, refleja el compromiso continuo con la salud y el bienestar de las mujeres afectadas por esta enfermedad.
Solicita más información en la Unidad de Mama de Quirónsalud Valencia
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