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Clara ALfonso
Valencia
Domingo, 4 de marzo 2018, 00:28
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido sobre las distintas familias de medicamentos que pueden afectar gravemente a las cuerdas vocales y a la laringe. Son dos zonas especialmente delicadas que tienden a verse afectadas por la contaminación de las ciudades, la bajada brusca de las temperaturas o el uso abusivo y continuado de aires acondicionados en espacios cerrados.
No obstante, estas no son las únicas causas que se esconden detrás de una afonía: es importante revisar qué medicamentos estamos tomando si padecemos de una afección prolongada y leer detenidamente los prospectos.
Según la OCU, la gravedad "depende de muchos factores, tales como tipo de medicamento, tiempo durante el cual lo hayamos usado, vía de administración, interacciones con otros medicamentos y alimentos".
Su uso es común en tratamientos contra el asma o enfermedades pulmonares crónicas. Los principios activos sobre los que se elaboran son tales como la beclometasona, la budesonida y la fluticasona.
Al tener contacto directo con las cuerdas vocales, pueden causar faringitis, ronquera e irritación de garganta. Sus efectos suelen desaparecer en el momento en que se interrumpe el tratamiento.
Aquellos medicamentos de hormonas sexuales masculinas, repercuten también en la voz. Incluso a veces, ese es el efecto que se busca.
Sin embargo, hay otros fármacos como el danazol, que se usan para tratar la endometriosis y provoca cambios en la voz femenina a causa de su actividad androgénica.
Poseen numerosos efectos adversos, incluidos los ‘efectos extrapiramidales’. Estos generan alteraciones neurológicas que derivan en movimientos musculares bruscos e involuntarios, por ejemplo, las distonías.
Las distonías afectan directamente a la laringe, que se contrae e impide que la voz sea articulada con naturalidad, y puede desembocar en una ‘disfonía espasmódica’.
Aquellos principios activos que controlan la actividad de un neurotransmisor ampliamente distribuido por el organismo, que participa en diversos procesos entre los cuales están la contracción del músculo liso como el de los bronquios y la secreción a nivel de las mucosas.
Estos fármacos se usan para contrarrestar los efectos de la acetilcolina sobre el organismo. Causan sequedad en la laringe y puede provocar disfonía y tos.
Se encuentran en algunos broncodilatadores inhalados, como el bromuro de glicopirronio y el bromuro de tiotropio, entre otros.
Para tratar el cáncer, se utilizan algunas medicinas antitumorales con efecto antiangiogénico, que impiden el suministro de más oxígeno y nutrientes a los tumores. Este efecto, también repercute negativamente sobre la laringe y las cuerdas vocales. Por ello, la disfonía se encuentra entre los efectos adversos de este fármaco.
Es muy importante acudir al médico si sospechamos que el medicamento que nos estamos tomando es el causante de las alteraciones de nuestra voz, así como notificar a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios a través de su formulario electrónico.
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