Comer nueces ayuda al cerebro y a mejorar la memoria, siempre y cuando lo hagas a esta hora del día
Según los últimos estudios publicados, el cuerpo no procesa igual los mismos nutrientes en función de la hora a la que se ingieren
Los frutos secos, y en especial las nueces, llevan tiempo en el punto de mira de la comunidad científica por su capacidad para proteger la salud del cerebro. Su riqueza en ácidos grasos omega-3, antioxidantes, polifenoles y otros compuestos bioactivos ha sido vinculada con una mejora de la memoria, una mayor agilidad mental y una menor probabilidad de deterioro cognitivo a medida que envejecemos.
Pero en los últimos meses, una nueva línea de investigación ha introducido una variable hasta ahora poco explorada: el momento del día en el que se consumen estas nueces podría ser tan importante como el hecho de incluirlas en la dieta. Y es que, según los últimos estudios publicados en revistas especializadas como 'Nutrients' o 'Frontiers in Nutrition', el cuerpo no procesa igual los mismos nutrientes en función de la hora a la que se ingieren.
Los resultados, respaldados por análisis sobre los ritmos circadianos y su influencia en la digestión, la absorción de grasas saludables y la activación de ciertas funciones cerebrales, apuntan a que el momento más eficaz para obtener los beneficios cognitivos de las nueces es por la mañana, especialmente en el desayuno. En esas primeras horas del día, el metabolismo se encuentra más activo y los procesos que regulan la memoria y la concentración responden mejor a la acción de los ácidos grasos y antioxidantes.
Además, introducir una ración moderada de nueces en el desayuno —unos 20 o 30 gramos, sin sal ni azúcares añadidos— ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en sangre, lo que también favorece el rendimiento mental sostenido a lo largo de la jornada.
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