
REDACCIÓN
VALENCIA
Miércoles, 10 de noviembre 2021, 10:58
Con la llegada del frío y el cambio de tiempo es muy habitual la presencia de virus que circulan y contagian a las personas con rapidez. Uno de los más presentes suelen ser los virus estomacales, que se propagan con velocidad y provocan situaciones incómodas en adultos y niños. Son precisamente los más pequeños los que lo sufren con facilidad y se lo pasan de unos a otros en el colegio.
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La gastroenteritis es un proceso agudo que cura espontáneamente en unos pocos días y que puede generarse por el consumo de alimentos en mal estado o por una infección. La principal vía de contagio es a través de las manos o de forma oral y puede durar entre 24 y 72 horas y suele llegar acompañada de diarrea y/o vómitos. La mejor receta, según expetos médicos y nutricionistas, es sencila: beber líquidos, ayuno y descanso. Y algo de paciencia hasta que pasen los peores momentos, evitando determinadas comidas y eligiendo los alimentos adecuados que faciliten una pronta recuperación.
Una de las principales dudas qur surge es qué comer cuando se padece un virus intestinal o estomacal. Lo primero de todo, según los expertos, es hidratarse adecuadamente para compensar la pérdida de las sales minerales y el agua que pierde el organismo. Así que inicialmente hay que tomar agua, bebidas isotónicas o suero oral, manzanilla, zumos de fruta naturales sin pulpa, té, hinojo, melisa, tila o hierbaluisa... y no forzar la ingesta de alimentos si no hay hambre. Y si al beber líquidos aparecen vómitos, conviene esperar 1 o 2 horas antes de volver a intentarlo.
Hay una receta casera que ayuda en estos casos al cuerpo a hidratarse e irse sintiendo mejor. Si no se puede pasar por una farmacia y comprar una solución rehidratante, esta puede ser una buena alternativa:
Ingredientes: 1 litro de agua, 50 g de azúcar, ½ cucharadita de sal, ½ cucharadita de bicarbonato sódico, el zumo de un limón.
Preparación:
—Hervir el agua durante unos minutos. Dejar que enfríe y reservar.
—Exprimir el zumo del limón, colarlo para eliminar las pepitas.
—Mezclar el agua con el limón y el resto de ingredientes. Remover bien hasta que se disuelvan la sal, el azúcar y el bicarbonato sódico.
—Guardar en la nevera hasta el momento de servir.
Tras la primera fase de ingesta de líquidos, cuando aparezca el hambre hay que empezar a comer, pero con una dieta blanda: una dieta ligera o que suavice la actividad del aparato digestivo. Debe ser por lo tanto una dieta adecuada, astringente y sin fibra.
Un primer paso pueden ser leches fermentadas desnatadas con bifidobacterias, como los yogures y similares.
Inicialmente hay que comer en pequeñas cantidades y los alimentos recomendados para facilitar la digestión son alimentos:
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- arroz blanco
- jamón cocido (york)
- pechuga de pollo o pavo (sin piel)
- pasta blanca hervida (pasada) con un poquito de aceite de oliva puede tolerarse bien
- Huevo: pasado por agua, hervido o en tortilla.
- Pescado blanco, que es de fácil digestión, y cocido o a la plancha: merluza, bacaladilla, lenguado...
- puré de patata
- zanahoria cocida
- plátano maduro
- pera cocida
- membrillo
- manzana
Es recomendable tomar alimentos ricos en taninos. Los taninos son unos compuestos presentes en algunas plantas y frutos, con propiedades antiinflamatorias y astringentes, que secan y desinflaman la mucosa intestinal. El membrillo, el níspero y la manzana son ricos en taninos. La manzana pelada, rallada y oscurecida tes muy adecuada en caso de diarrea; la manzana cruda y con piel, por contra, es útil para tratar el estreñimiento. .
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Es mejor la fruta cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo, o bien en forma de zumos colados no ácidos y sin azúcares.
Así, un menú propicio debería incluir estos alimentos:
– Desayuno: yogures desnatados con bifidobacterias, compota de manzana o manzana asada.
– Almuerzo: pan tostado con membrillo.
– Comida: arroz blanco (se puede acompañar con zanahoria cocida, por ejemplo), pechuga de pollo , pan tostado...
– Merienda: pan tostado, plátano, yogur con bifidobacterias.
– Cena: Tortilla de jamón york, pan tostado...
Y siempre, beber mucho líquido hasta la completa recuperación.
Conviene evitar siempre las salsas, el picante, las grasas o cualquier otro alimento que pueda irritar el tubo digestivo. La leche, quesos con elevada grasa, los alimentos con fibra, como las ensaladas, frutas con piel, verduras flatulentas, legumbres o cereales integrales, así como los alimentos o platos con grasa se deben reservar para cuando el estómago esté recuperado.
Para reducir la cantidad de fibra hay que evitar alimentos ricos en fibra, como verduras, frutas, legumbres, frutos secos, frutas desecadas y productos integrales (muesli, pan integral, arroz integral, pasta integral,etc.)
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Por supuesto tampoco hay que consumir bollería, chucherías, caramelos... ni bebidas con gas.
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