Degeneración macular: los avances para una enfermedad ocular que no tenía solución

Ochenta mil personas en España sufren los achaques de la degeneración macular (DMAE), una enfermedad que deteriora progresivamente la región central de la retina –zona conocida como mácula–. Esta dolencia suele manifestarse en las personas a partir de los cincuenta años. Inicialmente no produce ningún síntoma, pero en sus fases avanzadas acaba siendo la principal causa de ceguera en las personas.

Según el doctor Roberto Gallego, de la Unidad de Mácula de Oftalvist Valencia, «existe un fracaso generalizado por parte del sistema sanitario a la hora de trasladar a la sociedad la importancia de prevenir la degeneración macular». Un diagnóstico precoz es, según él, «indispensable». La degeneración macular no tiene cura como tal, ni tampoco es posible revertir la degeneración. Lo que sí se puede, y el doctor Gallego habla de esto con contundencia, es «reducir el riesgo de progreso de la enfermedad», o lo que es lo mismo, hacer que avance de forma lo más lenta posible.

Una persona con degeneración macular puede perder la parte central de la visión y, en ningún caso, los laterales de la misma. No necesariamente debe ser una pérdida total, pero las pérdidas sí están ubicadas en la visión central. También es posible que una persona con la enfermedad tenga la visión torcida o algo distorsionada.

Tal y como explica el doctor Roberto Gallego, existen dos tipos de degeneración macular según su importancia. Por un lado, está la húmeda o neovascular. Esta es la más grave, puesto que produce una pérdida de la visión central mucho más rápida. El proceso es el siguiente: los vasos sanguíneos que hay detrás de la retina comienzan a crecer de forma anómala. Son muy frágiles, así que pueden gotear sangre y líquido, lo que provoca un ligero levantamiento de la mácula de su lugar habitual (que es el fondo del ojo). Esto es lo que genera la pérdida de visión central. El principal síntoma del tipo húmedo es que las líneas rectas se ven onduladas.

Por otro lado, está la DMAE seca o atrófica. Afortunadamente, esta es la más común, representando nueve de cada diez casos de la enfermedad. Provoca una pérdida de visión bastante más gradual, lo que otorga un mayor margen de maniobra para un posible tratamiento. En este caso, las células de la mácula sensibles a la luz se van deteriorando poco a poco, haciendo que la visión central se vaya nublando paulatinamente. Ocasionalmente, una DMAE seca puede también convertirse en húmeda. Su síntoma más común es la visión borrosa.

El doctor Roberto Gallego, de la Unidad de Mácula de Oftalvist Valencia, insiste en la «gran importancia del diagnóstico temprano y la prevención». En última instancia, esto puede suponer la diferencia entre conservar la vista y perderla. «Un 15% de las personas entre 65 y 74 años la padecen. Este porcentaje asciende al 25% en las personas de entre 75 y 84 años y al 30% en los mayores de 85», asevera el oftalmólogo.

Aunque la enfermedad no tenga cura y el avance de la misma sea irreversible, la prevención y el diagnóstico temprano son indispensables en la DMAE. El Dr. Gallego lo explica: «No podemos administrar un tratamiento que evite que la enfermedad progrese, pero cuando se detectan signos iniciales, podemos asesorar a los pacientes». Gallego se refiere al estilo de vida, que puede ralentizar en gran medida el avance de la degeneración macular. «El paciente debería evitar el sedentarismo, la radiación ultravioleta, el tabaco… También debería reducir el consumo de alcohol, tomar suplementos micronutricionales…». Además, destaca, el diagnóstico es «tremendamente fácil de alcanzar con una prueba sencilla de la que se extrae una estimación perfecta».

También advierte a los jóvenes: «Es una enfermedad muy desconocida. Los pacientes más jóvenes ni siquiera vienen a hacerse pruebas, y la herencia de la DMAE es muy frecuente».

Según el oftalmólogo de Oftalvist Roberto Gallego, todavía estamos en los primeros pasos a nivel de tratamiento para la degeneración macular seca. No obstante, esos primeros pasos son «importantes y esperanzadores». Como explica, «nunca habíamos dispuesto de un tratamiento efectivo hasta ahora.

Oftalvist forma parte de ensayos clínicos a nivel mundial, lo que implica verdaderas mejoras para pacientes de todo el globo. El centro médico ya está participando en el ensayo clínico de un dispositivo de liberación intraocular sostenida de fármacos para la DMAE húmeda. La clave de este dispositivo es que la liberación del medicamento es prolongada, es decir, «va saliendo progresivamente sin necesidad de estar inyectando continuamente», explica el doctor, que además califica los resultados como «extraordinarios en el ámbito de la forma húmeda de la enfermedad».

Lo más esperanzador, indica, es que en Oftalvist han tratado ya a los tres primeros pacientes de toda Europa. «La degeneración seca se frena con una sola inyección, lo que puede cambiar drásticamente el pronóstico de los pacientes». El tratamiento se basa en la terapia génica, que se basa en la transferencia de genes a las células de un paciente para curar una enfermedad. «Estas nuevas aproximaciones hacia la terapia génica como nunca antes se habían visto, lo cambiarán todo. El proceso es más seguro y controlable. Será una revolución absoluta para la enfermedad», concluye.

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