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La incidencia de las hernias abdominales alcanza entre el 15 y el 20% de la población. Por lo tanto, se trata de una patología común y no necesariamente peligrosa; sin embargo, generalmente no desaparecen por sí solas. En raras ocasiones, las hernias pueden llevar a complicaciones mortales, pero es importante su evaluación por parte de un profesional. Se suele recomendar la operación cuando la hernia produce dolor o empieza a crecer.
La hernia abdominal se presenta cuando parte de algún órgano o tejido protruye a través de un punto debilitado en la pared muscular alrededor del abdomen. Cualquier actividad o problema de salud que incremente la presión en el tejido y los músculos de la pared abdominal puede llevar a una hernia, como estreñimiento crónico, tos crónica o estornudos, esfuerzos físicos repetidos o embarazo, entre otros.
La vía para abordar patologías en la pared abdominal puede determinar en gran medida los tiempos de recuperación y el sufrimiento de los pacientes. Cuando aparecen dolencias comunes como hernias inguinales, que requieren cirugía, existen dos opciones: la técnica más habitual en la actualidad, denominada de Liechtenstein, con una incisión a nivel inguinal de 5-7 cm, o bien la técnica endoscópica, con tres pequeñas incisiones, mucho menos invasiva y aparatosa.
En los casos de hernia inguinal, un abultamiento del contenido del abdomen a través de un punto débil en la parte inferior de la pared abdominal que se manifiesta a través de un bulto en cualquiera de los dos lados del pubis, más notorio al toser o estar erguido, y que provoca dolor, incomodidad o sensación de ardor, la técnica endoscópica o laparoscópica acorta los tiempos de recuperación y el sufrimiento del paciente.
En concreto, en el tratamiento endoscópico se realizan tres cortes para acceder a la zona dañada e intervenir, uno de 1,5 centímetros y otros dos de 0,5, lo que se considera una cirugía mínimamente invasiva. Según explica el doctor Guillermo Pou, director de la Clínica de Hernia Especializada del Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre, «son tres cicatrices mínimas a través de las que abordamos la hernia mediante una cámara de video y dos tubos pequeños para trabajar, con los que realizamos la misma técnica que realizaríamos en cirugía abierta, pero lo hacemos en cirugía endoscópica, con lo cual la recuperación es más rápida, el dolor postoperatorio es mucho menor y los pacientes se encuentran mucho mejor».
El doctor Pou, cuyo equipo realiza unas 300 intervenciones al año de este tipo en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre y acumula más de 2.000 operaciones endoscópicas a lo largo de su carrera, explica además que el tratamiento endoscópico de la hernia inguinal «es un tipo de cirugía muy demandado hoy en día, sobre todo por gente joven, a la que le interesa reincorporarse pronto a su actividad laboral, física y deportiva». Según añade, «la vía endoscópica favorece esta rápida recuperación, con lo que nuestros pacientes pueden volver rápidamente a hacer deporte y llevar una vida social y familiar totalmente normal en muy poco tiempo».
Por todos estos motivos, la vía endoscópica o laparoscópica para abordar las hernias inguinales «es la recomendada en las guías médicas», explica el doctor Pou, aunque no es la más implementada en la actualidad porque «técnicamente es mucho más compleja«. Aún así, el doctor Pou, miembro de la AEC Asociación Española de Cirugía y EHS European Hernia Society, defiende que «toda esa dificultad se compensa cuando ves al paciente recién operado por vía endoscópica, con un postoperatorio mucho mejor».
Esta separación de los abdominales lleva a una inestabilidad en la zona lumbar y pélvica, pudiendo ser la causa de problemas como lumbalgias o debilidad del suelo pélvico
Otra de las patologías que se puede abordar con la técnica endoscópica mínimamente invasiva es la diástasis abdominal, una separación de los músculos rectos del abdomen que produce una protuberancia en la zona del abdomen, muy frecuente en mujeres que han estado embarazadas, y que puede derivar en problemas de espalda, estreñimiento, además del aspecto estético.
Desde hace seis años, el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre lleva a cabo la técnica de reparación endoscópica pre aponeurótica (REPA), de la que fue pionero en España, para tratar la diástasis abdominal. «Mediante un abordaje endoscópico, con tres pequeñas incisiones, hacemos la misma cirugía que se hacía antes en abierto por una incisión de 40 centímetros», según explica el doctor Pou, quien añade que «hemos visto resultados excepcionales, fantásticos, porque las mujeres jóvenes, que son las más afectadas por la diástasis abdominal, pueden seguir haciendo deporte, mejoran en sus problemas de lumbalgia, incontinencia o estreñimiento, añadiendo, lógicamente, la preparación fisioterápica y el tratamiento posterior».
El concepto de la cirugía para abordar la patología de la diástasis abdominal, por tanto, está cambiando y, de hecho, la Fundación Vithas junto con la Clínica de Hernia Especializada organiza los próximos días 30 de noviembre y 1 de diciembre la cuarta edición de la Jornada Internacional de Cirugía de Pared Abdominal en Valencia, donde se abordará «como tema estrella» la diástasis, contando «con una amalgama de expertos nacionales e internacionales para hablar y compartir experiencias y conocimientos sobre este tema», concluye el doctor Pou.
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