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REMITIDO
VALENCIA
Sábado, 16 de septiembre 2017, 22:18
Sí: La obesidad no es sólamente un problema estético, sino una enfermedad crónica, en cuya causa y desarrollo participan varios factores según la constitución y carácter de cada paciente. Al padecerla se produce el aumento del grosor de las células que forman el tejido graso, y por tanto la subida de peso corporal.
La obesidad, pues, es un riesgo para la salud, en ocasiones muy importante. Afecta al sistema respiratorio, al cardiovascular, a los huesos y articulaciones, etc. No sólo dificultan la vida diaria del paciente, sino que incluso pueden ponerla en peligro..
Lo cierto es que sí. Estamos hablando de un problema médico de consecuencias hasta severas y, como cualquier otro problema médico, ha de ser controlado por especialistas mediante dietas para adelgazar prescritas en función de las características del paciente, controlando el progreso del paciente e indicando las terapias complementarias adecuadas, si fueran necesarias.
Toda dieta para perder peso parte de crear un déficit calórico, es decir, que el paciente consuma diariamente menos calorías de las que necesitaría normalmente. Esto producirá una bajada de peso paulatina hasta alcanzar el peso adecuado a su constitución.
La dieta, además, ha de ser saludable: ha de ser un conjunto equilibrado de alimentos para no incurrir en carencias que puedan afectar la salud del paciente. Esa es una de las razones por las que debemos desconfiar de las llamadas "dietas milagro" que constantemente se ponen de moda por internet o por los famosos: muchas de ellas son un desastre en ese sentido.
Y un detalle que es muy importante: la dieta ha de ser llevadera, de forma que el paciente se encuentre a gusto con ella. Al fin y al cabo, estamos introduciendo un cambio en su vida diaria, y parte del trabajo del médico nutricionista consiste en tener en cuenta sus circunstancias y ajustar la dieta a las mismas.
El objetivo de las dietas para bajar de peso no es sólo lograr que el paciente recupere su peso ideal, sino que lo mantenga indefinidamente. Es muy importante que los cambios en su alimentación resulten fáciles de seguir, hasta convertirse en un hábito.
La primera fase de una dieta de adelgazamiento es la de restricción calórica: reducimos el consumo de calorías de forma que quede por debajo de las necesidades diarias del paciente. Es lo que llamamos una dieta hipocalórica. En esta fase hay alimentos que están prohibidos, otros que requieren ser cuidadosos con ellos, y finalmente ciertos alimentos de los que se puede comer cuanto se quiera, pues aportan muy pocas calorías y ayudan a conseguir la sensación de saciedad.
Durante esta fase el contacto entre el paciente y el médico es constante, típicamente de forma semanal. Se comparten las impresiones y se hacen los ajustes necesarios para que la experiencia sea lo más fácil y agradable posible.
Después pasamos a la Fase de Mantenimiento. En ella, el paciente aprende a comer de todo. Incluimos los alimentos prohibidos y restringidos, de forma paulatina para evitar el temido "efecto rebote". El objetivo es que al final de la dieta el paciente no piense en su alimentación como una dieta sino como su manera normal de comer a diario, su estilo de vida saludable.
Al finalizar la dieta, el paciente sabrá comer de todo, de forma responsable, y sin que haya una recuperación del peso perdido.
Fundamentalmente podemos hablar de dietas convencionales y dietas rápidas. Todas ellas se basan en la restricción calórica, pero ésta puede ser moderada, que da lugar a una bajada de peso gradual, o rápida, que proporciona una fuerte bajada de peso inicial.
Comparadas a las dietas convencionales, las dietas rápidas logran alcanzar resultados visibles mucho más pronto, pero requieren más disciplina por parte del paciente, tanto en cumplir estrictamente las indicaciones del médico como en realizar ejercicio físico para reducir la potencial pérdida de masa muscular. También son algo más caras, pues requieren alimentos preparados específicos para evitar la posibilidad de error en la selección de alimentos. Pero son altamente satisfactorias ya que los resultados se ven en muy pocos días o semanas.
Estas dietas rápidas las recomendamos si las características del paciente así lo permitieran o aconsejasen. Las dietas proteinadas tales como Pronokal, Proteifine, Lipo Diet, Línea 15, etc. pertenecen a este grupo.
Son dietas que difieren de las convencionales fundamentalmente en su primera fase: en lugar de utilizar un conjunto normal de alimentos, lo que hacemos con las dietas proteinadas es combinar alimentos de muy bajo contenido calórico (inicialmente sólo verduras) con productos elaborados por un laboratorio (muy variados en sabores y texturas: batidos, barritas, cremas, crepes, tortillas, etc.) que contienen la proporción justa de carbohidratos y proteínas de alto valor biológico cuya función es ayudar a preservar la masa muscular. Según van pasando los dias y se va bajando de peso, reintroducimos progresivamente el resto de grupos de alimentos (proteínas, hidratos de carbono y grasas saludables) y se van eliminando los productos preparados.
Una vez llegado al peso deseado, pasamos a la Fase de Mantenimiento.
El efecto rebote o yoyó se produce cuando, tras perder peso de forma relativamente rápida, no pasamos por una etapa de transición incorporando poco a poco los grupos de alimentos que habíamos prohibido durante la dieta.
La misión de la Fase de Mantenimiento es, precisamente, reintroducir poco a poco estos alimentos vigilando cómo reacciona el paciente, para evitar este fenómeno. así conseguimos que al alta el paciente pueda comer de todo pero esto no le genere ninguna recuperación del peso perdido.
Generalmente suelen prescribirse suplementos alimenticios como vitaminas y minerales, pues en un régimen de adelgazamiento su aporte podría ser inferior al necesario. En el caso de las dietas proteinadas suele ser imprescindible.
Sí, si el paciente así lo solicitase. Las dietas de adelgazamiento producen una bajada de peso y de volumen corporal de forma general en todo el cuerpo. Si el paciente desea una disminución especial en zonas específicas, como el abdomen, flancos, caderas, glúteos, etcétera, puede recurrir a tratamientos estéticos complementarios como son la mesoterapia, los ultrasonidos, la cavitación y la radiofrecuencia.
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