
DM
Domingo, 18 de diciembre 2022, 09:24
La llegada del invierno y el descenso de las temperaturas trae consigo una escena habitual por estas fechas: los estornudos, las toses y la congestión nasal. En cuanto comienza el frío muchas enfermedades víricas se propagam y a pesar de que es algo muy repetido, en muchas ocasiones no somos capaces de diferenciar si tenemos un virus u otro.
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Si a eso se le añade que algunas enfermedades tienen nombres muy similares, esto puede llevar a equívoco y un diagnótico erróneo. Este es el caso por ejemplo de la bronquitis y la bronquiolitis, dos afecciones que afectan a las vías respiratorias y provocan una tos persistente y molesta.
Es una inflamación del revestimiento de los bronquios que llevan el aire hacia adentro y fuera de los pulmones En este sentido se trata de una infección, por norma general vírica, que provoca tos. Por lo general se suele intentar aliviar los síntomas y hacer que el proceso de curación sea más llevadero. Se asocia a los catarros habituales y por norma general no es una enfermedad grave.
La mayoría de los casos de bronquitis aguda mejoran sin tratamiento, generalmente después de un par de semanas. aunque se recomienda beber mucho líquido, destapar la nariz con suero fisiológico y si hubiera episodios de fibre, utilizar fármacos antitérmicos. Los síntomas pueden prolongarse un par de semanas.
Es una hinchazón y acumulación de moco en las vías aéreas más pequeñas en los pulmones (bronquiolos). Se trata también de una enfermedad vírica del sistema respiratorio. Sin embargo, mientras cualquiera puede enfermar de bronquitis, la bronquiolitis se da en niños menores de dos años, lactantes de muy temprana edad, aunque en alguna ocasión puede darse en adultos.
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Es la primera causa de hospitalización en niños recién nacidos. Más de la mitad de los bebés están expuestos a este virus en su primer año de vida.
El tratamiento en este caso es similar al de la bronquitis. Para los niños afectados por bronquiolitis, hay que añadir a esa lista de medidas, el control de la oxigenación y la recomendación de mantener una postura ligeramente incorporada, puesto que al tumbarse podrían notar que respiran peor.
La Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria solo recomienda el uso de broncodilatadores inhalados en algunos casos específicos. Por norma general no suele ser una enfermedad grave, pero en ocasiones puede requerir hospitalización, especialmente si el niño es muy pequeño o la familia es fumadora.
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La diferencia fundamental, por tanto, además de que los más afectados por bronquiolitis sean niños de muy corta edad, es el área del sistema respiratorio que enferma. En el caso de la bronquiolitis, afecta a las ramas más pequeñas. Por este motivo, uno de los síntomas que pueden diferenciarla de la bronquitis es que se producen silbidos en el pecho, señal de que la respiración es costosa.
Tanto en el caso de la bronquiolitis como en la bronquitis, al tratarse de infecciones víricas, no se deben usar antibióticos, pues no tienen efecto contra los virus.
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