La enfermedad de Lyme que transmiten las garrapatas: sus síntomas y cómo prevenirla

La enfermedad de Lyme es una enfermedad transmitida por garrapatas en auge en Europa. A día de hoy, es considerada una patología emergente. Tanto es así que el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) incluyó la neuroborreliosis en la lista de enfermedades bajo vigilancia en el año 2018.

Según los últimos datos, en Europa occidental hay unos 200.000 casos al año. Los lugares al aire libre son especialmente propicios para sufrir este problema:

Las formas más efectivas de evitar las picaduras de garrapatas incluyen usar pantalones largos y camisas de manga larga, y aplicar repelentes en la piel y la ropa. La piel debe revisarse periódicamente en busca de garrapatas adheridas, que deben eliminarse lo antes posible.

Los síntomas más comunes son el dolor de cabeza, la fiebre, los dolores corporales, la rigidez en el cuello y el cansancio, síntomas muy habituales en otro tipo de problemas de salud como la gripe, motivo por el que la enfermedad de Lyme puede ser difícil de diagnosticar.

Además, las pruebas de laboratorio a las que puede ser sometido el paciente no son concluyentes hasta un par de semanas después de estar infectado, por lo que muchos pacientes no saben que tienen la enfermedad de Lyme hasta algún tiempo después.

El método más eficaz para curar la enfermedad de Lyme son los antibióticos, aunque una vez concluido el tratamiento puede haber pacientes que sufran aún dolor muscular y articular o nervioso, lo que es conocido como 'síndrome posterior a la enfermedad de Lyme'.Las pruebas de la enfermedad de Lyme buscan signos de infección en la sangre o en el líquido cefalorraquídeo. Si no se trata, la enfermedad de Lyme puede causar problemas de salud graves que afectan a las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso. Pero si se diagnostica pronto, en la mayoría de los casos se puede curar recibiendo tratamiento con antibióticos por varias semanas.

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