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Cuando España despertó, el coronavirus ya estaba aquí

LOS TRES MESES EN QUE EL COVID-19 LO CAMBIÓ TODO ·

En sólo tres meses, el COVID-19 ha pasado de ser una amenaza lejana a marcar la vida de un país que no vio las señales de alerta

Álvaro Soto

Madrid

Jueves, 2 de abril 2020, 00:46

Parece que ha pasado un siglo de aquello, pero no. Hace tres meses, sólo tres meses, el 31 de diciembre de 2019, China alertó a la Organización Mundial de la Salud de una extraña neumonía que había contagiado a un puñado de ciudadanos en la región de Wuham. «Recuerdo que leí la noticia en la prensa internacional, pero en España nadie se enteró. Estábamos celebrando el Año Nuevo», cuenta Jacob Lorenzo Morales, director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias. Y así, primero entre celebraciones, luego entre indiferencia y subestimación, el virus se propagó poco a poco hasta convertirse en el mayor drama sanitario en España desde la Guerra Civil.

  1. Enero

Enero. Tras los primeros fallecidos en el país, China comienza a tomar las primeras medidas para evitar la propagación del coronavirus.

Escalar mes a mes proporciona una buena perspectiva para entender cómo el COVID-19 creció desde no significar nada hasta desbaratarlo todo. El 9 de enero de 2020 murió en China el primer paciente de coronavirus y el 11 China se lo comunicó a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Fue un breve en los periódicos y 20 segundos en los telediarios. Pero a finales de mes se encendió la primera sirena de aviso: con 170 muertos y 8.000 enfermos en China y casos sueltos por todo el mundo, la OMS declaró la alerta sanitaria mundial por una nueva y potencial enfermedad. Era 30 de enero, sólo un día antes de que el coronavirus llegara a España.

31 de enero. El responsable de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, dice que en España sólo habrá «unos casos».

El 31, un turista alemán de vacaciones en La Gomera (Canarias) fue el primer caso de COVID-19 diagnosticado en España. Ese mismo día, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, se mostraba tajante: «La epidemia tiene posibilidades de remitir y en España no habrá más allá de unos cuantos casos». Al día siguiente, 1 de febrero, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pronunció por primera vez la palabra 'coronavirus': «El Servicio Nacional de Salud es fantástico y tenemos que dar confianza al personal médico. Preocupar, preocupa, pero estamos en buenas manos».

  1. Febrero

Esos días de febrero, España estaba en otras cosas: Sánchez y Torra se reunían, los miembros del Gobierno se iban de fin de semana a la finca de Quintos de Mora, el pin parental de Murcia encendía el debate en la escuela y Madrid y Barcelona pugnaban por el primer puesto en la Liga. Así se escribían los titulares hace apenas dos meses (cuesta creerlo, dos meses).

19 de febrero. Más de 40.000 espectadores acuden al Atalanta-Valencia; todos potencialmente contagiados.

Pero el coronavirus se iba abriendo espacio en la conversación pública. Las empresas tecnológicas comenzaban a caerse del Mobile World Congress (MWC), la gran feria de Barcelona. La mayoría de ellas eran asiáticas, así que sabían bastante del virus. El goteo de deserciones fue incesante hasta que el 12 de febrero, el organizador del MWC, John Hoffman, decidió suspenderlo. Las vicepresidentas Carmen Calvo y Nadia Calviño y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, lamentaron la decisión. El 13 de febrero, Pedro Sánchez afirmó que la suspensión «no respondía a causas de salud pública». Ese día, España tenía diagnosticados tres casos y Fernando Simón afirmó: «En España no hay coronavirus, no hay riesgo de infectarse y la ansiedad social está un poco fuera de lo razonable».

12 de febrero. Los organizadores suspenden el Mobile World Congress tras la deserción de las grandes compañías.

Las hojas del calendario caían y de repente, como casi todo en esta crisis, Italia era el segundo país del mundo con más casos de coronavirus y la región de Lombardía, un gran foco. El 19 de febrero se jugó allí, en Milán, un partido que ahora todos lamentan que se hubiera disputado: Atalanta de Bérgamo- Valencia. Asistieron 40.000 personas; según las autoridades sanitarias italianas, todos potencialmente contagiados, incluyendo más de 2.500 valencianos. Aquel encuentro de fútbol fue una «bomba biológica». Pero todavía entonces, el coronavirus era «como una gripe», repetían los políticos y multiplicaban las redes sociales y los informativos. «Como una gripe, chico», se escuchó el 25 de febrero al corresponsal de Televisión Española en Italia.

  1. Marzo

8 de marzo. Miles de personas participan en toda España en las manifestaciones del día de la mujer. En la imagen, la de Madrid.

Llega marzo y la realidad sanitaria y la realidad en general comienzan a separarse. El día 3, España reporta su primer muerto, un hombre de 69 años que había fallecido en Valencia el 13 de febrero tras un viaje a Nepal; en Italia ya hay 77 decesos. El día 4, segundo muerto en España; el día 5, tercer muerto. Mientras, medio país hace planes para el fin de semana del 7 y el 8: manifestación del 8 de marzo, mitin de Vox en Vistalegre, partidos de fútbol en todos los pueblos y ciudades. El día 7, a Fernando Simón le preguntan si dejaría que su hijo fuera a la manifestación del Día de la Mujer Trabajadora: «Si mi hijo me pregunta si puede ir, le diré que haga lo que quiera». El 8-M, miles de personas se manifiestan en toda España, otros miles acuden a eventos deportivos, 9.000 van al mitin de Vox. Nadie suspendió sus actos.

9 de marzo. Los supermercados amanecen con colas de ciudadanos que quieren comprar bienes de primera necesidad.

Pero el día 9, cuando España se levantó de la cama, todo ya era diferente. La vida parecía una función de teatro en la que un simple cambio de telón había trasladado al espectador a otro escenario. Aquel ya lejano 9 de marzo, los colegios cerraron en Álava y Madrid, los supermercados amanecieron con largas colas y el Ministerio de Sanidad recomendó a los trabajadores que se quedaran en casa trabajando si podían. España despertó para sumirse en una pesadilla.

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