![Herpes zóster, el doloroso ataque del virus: qué es, síntomas y cómo se cura](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2023/10/19/Captura%20de%20pantalla%202023-10-19%20a%20las%2010.20.56-REJrf3tjzNJrDMWRj0StrkM-1200x840@Las%20Provincias.png)
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Clara Alfonso
Valencia
Jueves, 19 de octubre 2023, 20:23
La mayoría de nosotros ha pasado la varicela cuando éramos niños, una molesta enfermedad que se caracteriza por la aparición de ampollas pruriginosas y fiebre. Sin embargo, lo que quizás no todos saben es que este virus, puede regresar en la edad adulta bajo una nueva forma: el herpes zóster o culebrilla.
Según un estudio del ISCIII del Centro Nacional de Epidemiología y el CIBERESP, publicado en Eurosurveillance, esta afección está en pleno crecimiento, y su prevalencia se asocia principalmente al envejecimiento de la población y a factores de riesgo específicos. Entre estos factores se encuentran las personas con patologías o tratamientos crónicos que debilitan su sistema inmunitario.
Generalmente, el herpes zóster se manifiesta con mayor frecuencia en personas mayores de 50 años, y su incidencia se multiplica por tres al superar los 80 años. En España, se calcula que afecta a aproximadamente tres o cuatro casos por cada 1.000 habitantes, lo que subraya la importancia de entender y abordar el herpes zóster como un problema de salud que va en aumento en la población adulta, especialmente en los ancianos.
Tal y como explican desde Mayo Clinic, el herpes zóster es una infección viral que causa una erupción muy dolorosa. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque normalmente «parece una sola franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso».
La causa directa de su aparición es el virus varicela-zóster, que permanece en el cuerpo de por vida. Unos años más tarde, existe la posibilidad de que el virus se reactive como herpes zóster.
«La razón del desarrollo del herpes zóster no está clara», apuntan. Puede deberse a una menor inmunidad a las infecciones a medida que se envejece. Así, es más común en adultos mayores y en personas con sistemas inmunitarios debilitados.
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A pesar de que no presenta riesgo de muerte, sí que puede llegar a ser muy doloroso. En este sentido, el tratamiento temprano puede acortar la infección y disminuir la posibilidad de complicaciones.
El primer síntoma que aparece con el herpes zóster es el dolor, que para algunas personas puede ser muy intenso. Según la localización del área adolorida, llega a confundirse con problemas de corazón, de los pulmones o de los riñones, ya que muchas veces no llegan a aparecer los sarpullidos.
«Lo más habitual es que el sarpullido del herpes zóster se manifieste como una franja de ampollas que envuelve el lado izquierdo o derecho del torso», explican desde Mayo Clinic. En ocasiones, esta erupción se produce alrededor de un ojo o en uno de los lados del cuello o la cara.
No obstante, entre el resto de síntomas, se pueden incluir los siguientes:
- Dolor, ardor u hormigueo.
- Sensibilidad al tacto.
- Sarpullido rojo que aparece unos días después del dolor.
- Ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras.
- Picazón.
- Fiebre.
- Dolor de cabeza.
- Sensibilidad a la luz.
- Fatiga.
«Una persona con herpes zóster puede trasmitirle el virus de la varicela-zóster a cualquier persona que no sea inmune a la varicela», aseguran. Normalmente, se produce por el contacto directo con las llagas abiertas del sarpullido que causa el herpes zóster. No obstante, «una vez infectada, la persona tendrá varicela en lugar de herpes zóster».
El tratamiento del herpes zóster implica el uso de medicamentos antivirales administrados por vía oral o intravenosa, pero no siempre es necesario intervenir, ya que en muchos casos la infección se resuelve de forma espontánea en 7-10 días.
Se recomienda el tratamiento, principalmente, en pacientes que tienen un sistema inmunológico debilitado, ya que existe un riesgo de que el virus se propague a otros órganos. En tales situaciones, se recurre a la administración intravenosa de los antivirales.
Además, se indica el uso de medicamentos antivirales por vía oral en individuos mayores de 50 años con el propósito de reducir la probabilidad de desarrollar neuralgia postherpética. Algunos de los fármacos utilizados para esto incluyen brivudina, aciclovir, valaciclovir y famciclovir.
Es importante destacar que el tratamiento resulta más eficaz cuando se inicia dentro de las primeras 72 horas desde la aparición de las vesículas, y se debe evitar la posible infección secundaria de las lesiones mediante el empleo de antisépticos locales.
En casos en los que se desarrolla neuralgia postherpética, esta condición puede abordarse mediante analgésicos. Si no se logra un alivio adecuado, se pueden considerar otros medicamentos, como antiepilépticos o antidepresivos.
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