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Valencia
Martes, 27 de febrero 2018
Los tratamientos de implante capilar ya forman parte de nuestro día a día. Deportistas, políticos, estrellas televisivas y actores se han sometido a injertos de pelo y están sirviendo de estímulo para que muchos hombres que sufren problemas de calvicie pierdan el miedo social y la vergüenza. Distintos estudios estiman que el 40% de la población masculina española tiene problemas de calvicie. Más de nueve millones de personas que ahora disponen de técnicas de implante capilar que ofrecen resultados mucho más realistas, posoperatorios más suaves e intervenciones más discretas.
Los trasplantes capilares se han democratizado gracias al desarrollo de nuevos y efectivos tratamientos que, además, han reducido notablemente el precio de este tipo de intervenciones. Además, el hecho de que a los pocos días de la cirugía ya se pueda hacer vida normal sin que se note, ha contribuido al aumento de la demanda.
La técnica de trasplante manual mecanizada que ha revolucionado el panorama mundial de los injertos se llama FUE (Follicular Unit Extraction, en sus siglas en inglés) y permite extraer cabello de toda la zona donante de la cabeza –normalmente la zona posterior–, así como de áreas donantes corporales –piernas y brazos–, para lo que se emplean diámetros de incisión muy pequeños, de 0,8 milímetros o inferiores, favoreciendo que la cura sea rápida y no deje ninguna cicatriz. «Para que resulte natural, a la hora de poner los injertos, se empieza trasplantando en la primera línea un pelo por unidad folicular y, a medida que se avanza, para ganar en densidad, se ponen dos o tres pelos por unidad folicular», explica la doctora Elena Roche, especialista en Tratamiento Capilar del Hospital Quironsalud Valencia. De esta forma, en la zona de inicio se coloca de manera irregular para imitar la disposición natural del cabello. «Además, se estudia el ángulo y la dirección de los pelos. Este método requiere mucha experiencia y conocimiento. En muchos centros de Turquía, y otras partes del mundo, se hace como si fuera una plantilla», con resultados nada naturales, avisa la doctora Roche.
Con la técnica FUE se extraen uno a uno los injertos en la zona donante después de rasurarla. En centros como Quironsalud Valencia también se ofrece la técnica Non Shaven FUE, en la que se realiza la extracción de unidades foliculares sin rasurar la zona donante. Con esta segunda opción, tal y como explica la doctora Roche, «al día siguiente de la operación ya no se nota nada», algo que valoran mucho los pacientes al poder hacer vida normal y no tener que esconder la zona trasplantada por miedo o vergüenza. Con este método y bajo la tutela de especialistas, se ha perfeccionado tanto la cirugía que la mayoría de la gente no sabe si alguien se ha sometido a un implante capilar.
Distintos estudios establecen que más del 90% de los problemas de calvicie tienen como base la alopecia androgenética, que provoca que se vaya perdiendo paulatinamente el pelo de la zona frontal y lateral, generando en muchos casos angustia social y complejos. Los nuevos tratamientos de implante capilar en Valencia han logrado que el paciente no sufra ningún tipo de dolor en el posoperatorio por lo que puede hacer vida normal desde el primer día y no ve afectado su aspecto durante el proceso, a no ser que escoja la técnica con afeitado.
Una vez realizada la intervención, el seguimiento del paciente es esencial. «A nuestros pacientes les decimos que se mojen con suero fisiológico cada hora durante el día, el primer lavado se les hace en la clínica para enseñarles cómo hacerlo y que no presionen en exceso en la zona trasplantada», narra la doctora Roche. A partir de unos pocos días, el paciente ya puede presionar con normalidad en lavados cada doce horas. Solo al principio debe evitar poner el chorro de presión directamente sobre el cuero cabelludo, pero a partir de la primera semana, ya se puede volver a la rutina e incluso hacer ejercicio, evitando los deportes de contacto o los cascos. «A los 15 días ya pueden lavarse y enjabonarse de forma normal y a las cuatro semanas ya se puede hacer cualquier deporte», explica la doctora Roche.
La técnica FUE se desarrolló en torno al año 2002, pero en los últimos seis años la aparatología instrumental ha avanzado mucho. Ya no se hace la extracción de forma totalmente manual, sino que se utiliza un rotor giratorio. De esta forma, se pueden extraer muchas más unidades foliculares por hora. «La cirugía es muy asequible económicamente y no hace falta irse a Turquía para hacerse un trasplante capilar con el riesgo que conlleva una operación quirúrgica sin las medidas sanitarias adecuadas y sin especialistas cualificados», concluye la doctora Roche. Con la aparición del turismo capilar, muchos centros de países como Turquía, sin la cualificación necesaria, han visto el filón económico y atraen a los pacientes con la promesa vacía de que un médico cualificado realice la cirugía por un precio bajísimo. La Sociedad Internacional de Cirugía de Restauración del Cabello (ISHRS, en sus siglas en inglés) avisa de las consecuencias desastrosas de la mala praxis en muchos de estos centros y recomienda investigar «a fondo la clínica y el médico antes de la cirugía», así como «las leyes y normativas del país respecto a quién puede realizar la cirugía de restauración capilar» puesto que muchas de estas clínicas ni siquiera son legales según las normas de sus países. La ISHRS avisa de que cuestiones como el nacimiento del cabello de aspecto poco natural o las cicatrices evidentes «no son característicos de un trasplante capilar de hoy en día, sino más bien un claro signo de que la intervención la han realizado un médico o un técnico no cualificados», por lo que recomienda no recurrir a este tipo de tratamientos-oferta.
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