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La actriz Silvia Abascal en una imagen tras recuperarse de un ictus que sufrió en 2011.

Reprogramación celular para regenerar neuronas tras un ictus

Las investigaciones llevadas a cabo en Suecia por el español Daniel Tornero apuntan a que podrían tomarse células de la piel del propio paciente y llegar a obtener de ellas células madre para convertirlas en neuronas e inyectarlas en la zona afectada

DICYT/JPA

Domingo, 3 de enero 2016, 00:01

El investigador español Daniel Tornero trabaja en la Universidad de Lund (Suecia) en un proyecto que intenta reparar el cerebro dañado tras un ictus. Según sus avances, y tal y como informó durante una conferencia en el Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG, centro mixto de la Universidad de Salamanca y el CSIC), podrían tomarse células de la piel del propio paciente, reprogramarlas hasta obtener células madre, convertirlas en neuronas e inyectarlas en la zona afectada para ayudar a recuperar las funciones perdidas.

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«Tras un ictus hay una parte del cerebro que se muere porque las neuronas de esa zona se ven afectadas, el problema es que el cerebro tiene una capacidad de regeneración muy limitada en contraste con otros tejidos, como la piel, así que nuestra idea es ayudar a que se recupere de esa lesión mediante la inyección de células madre del propio paciente», explica en declaraciones a la agencia DiCYT. A estas células se les podría inducir una diferenciación neuronal, es decir, hacer que se conviertan en nuevas neuronas que ayuden a superar la lesión. El hecho de ser células propias, eliminaría un posible rechazo del trasplante.

Hace tres años, los científicos de la Universidad de Lund publicaron un artículo en la revista científica 'Brain' sobre los primeros resultados en animales, para los que se había trabajado con un modelo de accidente isquémico en rata. «Demostramos que células humanas de la piel eran capaces de mejorar la recuperación de estos animales después de sufrir un ictus a través del trasplante de estas células», señala el investigador.

En los dos últimos años, su objetivo ha sido averiguar cómo estas células se acaban acoplando al tejido nervioso. «Aunque son neuronas humanas dentro de un cerebro de rata, son capaces de integrarse y llegar a funcionar como neuronas maduras», afirma.

El siguiente paso sería realizar pruebas clínicas en pacientes. Las terapias con células madre ya se están desarrollando en otras patologías, como el párkinson. Incluso en China ya está en marcha un estudio con pacientes que han sufrido un ictus. «El punto crucial es la seguridad de este tratamiento, nuestro mayor objetivo es elegir la terapia más segura para el organismo y que conlleve la menor cantidad de efectos secundarios que sea posible», apunta Tornero.

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«Somos cautos, no queremos crear falsas esperanzas porque somos conscientes de la dificultad de trasladar todos estos estudios básicos a la clínica. Es como abrir puertas que llevan a pasillos muy largos», matiza.

Así, calcula que la aplicación de estas terapias con células madre para el cerebro podría hacerse realidad en 15 o 20 años, dada la complejidad de este órgano.

 

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