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REDACCIÓN
VALENCIA
Martes, 30 de noviembre 2021, 18:08
Cuando empezó la pandemia del covid-19 y se empezaron a conocer variantes, las cepas de coronavirus se conocían por su origen geográfico: la sudafricana, la brasileña, la británica, la californiana, la portuguesa... Y llegó el mes de mayo la Organización Mundial de la Salud cambió su forma de bautizar variantes. En realidad existe un documento de la OMS en el que se fijan las normas para poner el nombre a las enfermedades y en las que se recomienda no usar ubicaciones geográficas, aunque en este caso se hablaba de variantes y no de enfermedades en sí.
Tras la variante india, la OMS eligió otra forma de bautizar las nuevas cepas del covid: sustituyó los nombres geográficos por letras del alfabeto griego, y así nacieron Alfa, Beta, Gamma, Delta... Este fue la predominante y, de hecho, tras ella llegaron ocho más que apenas han sido de dominio público, como epsilon, iota y mambda.
Hasta que ha llegado una variante que ha desatado las alarmas y la OMS ha decidido bautizarla también: se llama Ómicron, la décimoquinta letra del alfabeto griego. Algunos se dieron cuenta de que la anterior que había sido bautizada era Mu, así que tocaba Nu... Pero la agencia sanitaria se saltó la Nu y también la Xi. ¿Por qué lo hizo? La CNN se lo preguntó y la respuesta fue la siguiente: «Nu se confunde demasiado fácilmente con 'nuevo' (new en inglés) y Xi no se utilizó porque es un apellido común», explicó la organización en un comunicado. «Y las mejores prácticas de la OMS para nombrar nuevas enfermedades sugieren 'evitar causar ofensa a cualquier grupo cultural, social, nacional, regional, profesional o étnico'».
Algunos han especualado con la posibilidad de que Xi se omitió para no ofender al presidente chino, Xi Jinping.
Los nombres científicos de las enfermedades «pueden ser difíciles de pronunciar y de recordar, y son propensos a los reportes erróneos», dijo la OMS en mayo. «Como resultado, la gente a menudo recurre a llamar a las variantes por los lugares donde se detectan, lo cual es estigmatizante y discriminatorio». Este es el motivo por el que hay una serie de normas para bautizar las enfermedades, según recoge un documento de la OMS:
1. Los términos descriptivos genéricos se pueden utilizar en cualquier nombre. Los términos genéricos serán más útiles cuando la información disponible sobre la enfermedad o el síndrome no sea lo suficientemente sólida, porque es poco probable que estas características básicas cambien a medida que se disponga de información adicional.
p.ej. enfermedad respiratoria, hepatitis, síndrome neurológico, diarrea acuosa, enteritis
2. Se deben utilizar términos descriptivos específicos siempre que la información disponible se considere lo suficientemente sólida como para que sea poco probable que se produzcan grandes cambios en la epidemiología o el cuadro clínico. Se prefieren los términos sencillos a los muy técnicos.
p.ej. progresivo, juvenil, severo, invierno
3. Si se conoce el patógeno causante, debe usarse como parte del nombre de la enfermedad con descriptores adicionales. El patógeno no debe equipararse directamente con la enfermedad, ya que un patógeno puede causar más de una enfermedad.
p.ej. síndrome respiratorio del nuevo coronavirus
4. Los nombres deben ser cortos (número mínimo de caracteres) y fáciles de pronunciar.
p.ej. H7N9, rabia, malaria, polio
5. Dado que es probable que los nombres largos se reduzcan a un acrónimo, se deben evaluar los acrónimos potenciales para asegurarse de que también cumplan con estas mejores prácticas.
6. Los nombres deben ser lo más coherentes posible con la orientación de la Guía de referencia del modelo de contenido de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE)
Los nombres de las enfermedades NO pueden incluir (aunque en muchos casos lo han hecho y se han conocido así, sobre todo a nivel popular), según la OMS:
- Ubicaciones geográficas: Ciudades, países, regiones, continentes. Por ejemplo: Síndrome respiratorio de Oriente Medio, gripe española, fiebre del Valle del Rift, enfermedad de Lyme, fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, encefalitis japonesa
- Nombres de personas: Enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, enfermedad de Chagas.
- Especie / clase de animal o alimento: Gripe porcina, gripe aviar, viruela del mono, encefalitis equina, intoxicación paralítica por mariscos
- Referencias culturales, poblacionales, industriales u ocupacionales: Ocupacional, legionarios, mineros, carniceros, cocineros, enfermeras
- Términos que incitan al miedo indebido: Desconocido, muerte, fatal, epidemia
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