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EUROPA PRESS
Martes, 27 de abril 2021, 13:34
Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) haN pedido a los países europeos vacunar contra el coronavirus a los presos y a las personas que trabajan en las cárceles, ya que en estos lugares existe un mayor riesgo de transmisión de la enfermedad.
Y es que, tal y como han señalado tres personas cercanas al organismo (un miembro del personal de la OMS y dos consultores de la OMS) en un artículo publicado en la revista 'Lancet', en las prisiones las personas viven muy cerca unas de otras y tienen acceso limitado a pruebas y equipo de protección personal. Además, en comparación con la comunidad en general, tienen una carga «desproporcionadamente mayor» de comorbilidades, incluidas las enfermedades no transmisibles (ENT), lo que aumenta sus posibilidades de padecer de forma grave el Covid-19.
Por ello, los autores sostienen que los entornos de custodia deben incluirse en los planes de vacunación mundiales y nacionales y, de lo contrario, no solo se violarán las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos, sino que también se impedirán los escenarios de interrupción de la transmisión entre las prisiones y la comunidad.
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Además, la mayoría de las personas pasan un tiempo limitado en prisión y en la transición entre la comunidad y la prisión, incluido el personal que entra y sale diariamente de las instalaciones, lo que aumenta el riesgo de que el virus ingrese a la prisión y se propague a las comunidades, lo que exige medidas de prevención específicas
La directora interina de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de Enfermedades No Transmisibles (Oficina de ENT) y directora del programa, Alcohol, Drogas Ilícitas y Prison Health, Carina Ferreira-Borges, ha recordado que muchas personas tienen su primer contacto con la atención sanitaria una vez ha abandonado la cárcel.
Por ello, el organismo ha subrayado la necesidad de garantizar que todos los centros de detención tengan la capacidad y los recursos suficientes para brindar acceso universal a una atención médica de calidad. Un ejemplo de esta inequidad es el acceso a la detección del cáncer, que «inevitablemente» afecta a la incidencia y la prevalencia.
De hecho, se ha sugerido que la prevalencia del virus del papiloma humano y el cáncer de cuello uterino invasivo es mayor en la prisión en comparación con la población en general, como resultado de la exposición «desproporcionada» a factores de riesgo como múltiples parejas sexuales, pero, también, del acceso deficiente a los servicios de prevención de la salud, incluido el acceso a programas nacionales de detección y vacunación.
Finalmente, la OMS ha recordado que los presos tienen un exceso sustancial de mortalidad por una variedad de causas, explicadas solo en parte por la privación de atención médica, especialmente las muertes causadas por sobredosis de drogas. Las personas detenidas mayores de 50 años experimentan una mayor carga de ENT que sus pares de la comunidad de edades similares.
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