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QUIRÓNSALUD

«El 26% de la población sufre dolor crónico, pero tiene solución»

Con unas pequeñas agujas, la Unidad del Dolor de Quirónsalud Valenciaaplica un tratamiento en las zonas clave del sistema nervioso para combatir el dolor cuyos efectos positivos se alargan hasta dos años

Jueves, 28 de noviembre 2024, 01:37

El último 'Barómetro del dolor crónico' en España indica que nueve millones de personas, es decir, el 25,9% de la población, padece dolor crónico. Si se pone el foco en la población de 55 a 75 años, el porcentaje sube a más del 30%. Esta afección, en la qual se incluye cualquier tipo de dolor que se sufre cuatro días o más a la semana durante más de tres meses seguidos, afecta en mayor proporción a las mujeres, un 30,5%, frente a los hombres, con un 21,3%.

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La Unidad del Dolor del hospital Quirónsalud Valencia se ha consolidado como un referente en la gestión del dolor crónico. El equipo médico destaca por un enfoque innovador y, también, por el uso de la radiofrecuencia (RF) como una de las técnicas centrales en su arsenal terapéutico. El dolor crónico afecta a millones de personas y esta técnica permite aliviar el sufrimiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes con una combinación de eficacia y seguridad en sus tratamientos.

La radiofrecuencia es «una técnica médica mínimamente invasiva que se utiliza para reducir o eliminar el dolor crónico», según explica el doctor Jorge Orduña, especialista de la Unidad del Dolor del hospital Quirónsalud Valencia y del Centro Médico Quirónsalud Mercado de Colón. Basada en la aplicación controlada de electricidad en el sistema nervioso con protocolos personalizados al paciente y el tipo de dolor, este tratamiento genera diversos efectos en el sistema nervioso que provocan modificaciones en los nervios responsables de transmitir las señales de dolor al cerebro. El doctor Orduña subraya la versatilidad de esta técnica ya que «nos permite tratar a cada nervio con el tipo de protocolo que necesita sin dañar a los nervios que tienen un componente motor».

«Además, los descubrimientos realizados en la última década en el campo de la anatomía humana nos han permitido descubrir los pequeños nervios que dan sensibilidad a las articulaciones del cuerpo. Los estudios realizados por nuestro grupo en los departamentos de anatomía de la facultad de medicina de la Universitat de Valencia en las articulaciones de la rodilla, la cadera y el hombro nos han permitido saber más sobre la anatomía sensitiva de estas articulaciones permitiendo tratamientos más precisos y así ampliar el número de pacientes susceptibles a ser tratados con esta técnica», destaca.

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Cuando los tratamientos convencionales, como medicamentos y fisioterapia, no ofrecen resultados satisfactorios, la radiofrecuencia se presenta como una alternativa menos agresiva que la cirugía. Esta técnica ha ganado popularidad en las últimas décadas debido a su eficacia y la posibilidad de proporcionar alivio prolongado del dolor. «Es una opción viable para pacientes que buscan este alivio con menos efectos secundarios que los analgésicos convencionales», indica el doctor Orduña.

Tipos de dolor

Los tipos de dolor que se pueden tratar con radiofrecuencia son diversos y abarcan una amplia gama de condiciones. «Entre las aplicaciones más comunes se incluyen el dolor crónico de espalda y cuello, el dolor articular, el dolor oncológico y diversas formas de dolor neuropático«, menciona el doctor. Cada uno de estos tipos de dolor tiene características particulares que requieren un enfoque especializado.

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Por ejemplo, en el caso del dolor crónico de espalda, que puede provenir de problemas en los discos intervertebrales o de las articulaciones facetarias, la radiofrecuencia se utiliza para desactivar los nervios que rodean las articulaciones vertebrales o que inervan al disco. Esta técnica bien aplicada es capaz de aliviar de forma sustancial a aquellos pacientes que sufren de dolor lumbar o cervical crónico.

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El dolor articular, especialmente en pacientes con artrosis, también se beneficia de esta técnica. La radiofrecuencia puede aplicarse en las articulaciones de las rodillas, caderas y hombros, con la interrupción de los nervios sensoriales y la reducción de la percepción del dolor. «En estos casos, podemos ofrecer a los pacientes una opción que no solo alivia el dolor, sino que también mejora su funcionalidad», añade el doctor Orduña.

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El dolor postquirúrgico es otro tipo de dolor que es potencialmente aliviable con la radiofrecuencia señala el doctor Orduña. Pacientes con dolor tipo ciatica tras una cirugía de columna, dolor de rodilla o cadera tras una cirugía de prótesis, dolor en el abdomen tras una cirugía de reparación de hernia inguinal, o dolor de tórax tras una cirugía de pulmón pueden ser aliviados de forma sustancial y duradera por medio de esta técnica.

Otro aspecto importante de la radiofrecuencia es su aplicación en el tratamiento de pacientes con dolor neuropático que, a menudo, presentan enfermedades que se relacionan con nervios lesionados o comprimidos como son el neuroma de morton, el síndrome de dolor regional complejo, el síndrome del túnel del carpo, la meralgia parestésica o la neuralgia postherpética. «La radiofrecuencia pulsada se utiliza en estos casos para modular la función nerviosa sin destruir el nervio a tratar de manera que se ayuda a reducir la intensidad del dolor y su componente neuropático«, explica el doctor. Esta técnica permite a los pacientes experimentar una mejora en su calidad de vida al aliviar un tipo de dolor que puede ser especialmente difícil de manejar solo con fármacos.

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Por último pero no menos importante son las posibilidades que aporta este tipo de tratamiento en el alivio de pacientes con dolor oncológico. Es sabido que los procesos tumorales se relacionan con cuadros de dolor de difícil alivio, el crecimiento de la masa tumoral o el tratamiento realizado para limitar su expansión pueden afectar a estructuras diversas que produzcan cuadros de dolor de muy difícil alivio. Los tratamientos por radiofrecuencia aplicados sobre estructuras del sistema nervioso simpático como el plexo celiaco, los nervios esplácnico, el plexo lumbar, el hipogástrico o el ganglio impar permiten el alivio de pacientes afectados por tumores como el cáncer de pancreas, el cáncer de colon o las metástasis óseas entre otras.

Procedimiento sencillo

La radiofrecuencia se aplica a través de un procedimiento relativamente sencillo que se realiza en una sala de intervención, de manera esteril y siempre guiada por rayos X o ecografía. «A través de estas guías de imagen, el médico localiza el nervio o los nervios que se consideran responsables de transmitir las señales de dolor y aplica el protocolo de tratamiento específico para cada caso», detalla el doctor Orduña. Esta precisión en la localización es crucial para garantizar que el tratamiento sea efectivo y seguro.

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Una vez que se localiza el nervio, se introducen agujas especiales en la piel, que permiten la aplicación de ondas de radiofrecuencia. Dependiendo del tipo de dolor a tratar, se pueden utilizar dos enfoques diferentes: la radiofrecuencia continua, que destruye los nervios sensoriales, y la radiofrecuencia pulsada, que modula la función nerviosa sin causar destrucción. «Esta flexibilidad en el tratamiento permite adaptarse a las necesidades específicas de cada paciente«, indica.

Una de las ventajas más destacadas de la radiofrecuencia es su naturaleza mínimamente invasiva. «No requiere incisiones grandes ni hospitalización prolongada, lo que minimiza el riesgo de complicaciones como infecciones o cicatrices«, subraya el doctor. Esta característica permite que los pacientes se recuperen rápidamente y puedan volver a sus actividades diarias en un corto periodo de tiempo. La duración del procedimiento suele ser de entre 30 minutos y una hora, y los pacientes generalmente pueden regresar a casa el mismo día.

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En términos de eficacia, el doctor Orduña resalta que «en muchos casos, los efectos pueden durar de seis meses a dos años, dependiendo de la causa del dolor y el tipo de radiofrecuencia utilizada». Aunque no se trata de una solución permanente, muchos pacientes tienen la opción de repetir el tratamiento si es necesario, lo que proporciona una flexibilidad importante en la gestión del dolor crónico.

Además, la radiofrecuencia puede contribuir a la reducción del uso de analgésicos, lo que es un aspecto crucial en el tratamiento del dolor. «Al proporcionar un alivio significativo, la radiofrecuencia puede disminuir la dependencia de medicamentos para el dolor, lo que reduce los efectos secundarios y riesgos asociados con el uso prolongado de estos fármacos», explica el doctor. Esta reducción en el uso de analgésicos beneficia a los pacientes en términos de salud mejorar su calidad de vida en general.

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