¿Se pueden congelar los huevos?

Con la rutina tan ajetreada que llevamos y el poco tiempo libre que tenemos, ir a hacer la compra o preparar la comida a diario se convierte en una auténtica odisea. Es por ello que, muchas veces, recurrimos a platos precocinados, comida rápida o congelados, por lo que resulta muy cómodo planificar el menú de la semana con antelación.

La congelación es uno de los mecanismos estrella para una conservación más prolongada de los alimentos. Todos hemos recurrido a ella para conservar un plato del que hemos hecho más cantidad de la que vamos a consumir en el momento o al comprar grandes cantidades de un producto. No obstante, a pesar de que la mayoría de alimentos soportan este proceso, hay algunos que no deberían someterse a esta técnica porque podría afectar a su sabor, textura, aroma e incluso a sus propiedades.

En ocasiones, surgen dudas sobre qué alimentos pueden congelarse. Por ejemplo, ¿se pueden congelar los huevos? Si has comprado más huevos de los que necesitas y no sabes cómo conservarlos hasta consumirlos, te interesará saber que sí que puedes hacerlo.

Recientemente, la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA) ha publicado una tabla donde figuran qué y de qué forma se deben congelar una serie de alimentos. En el caso del huevo, sí se puede. Aunque no de cualquier forma.

En primer lugar, a la hora de decidir congelar los huevos, debes tener en cuenta si están frescos o cocidos. Como ocurre con cualquier alimento, siempre es recomendable conservarlos frescos para evitar problemas de textura y de sabor al descongelarlos.

Además, debes saber que no se deben congelar los huevos duros, ni los huevos con cáscara en general, únicamente está permitido si se consume al instante de la descongelación. De lo contrario, es muy probable que exploten al aumentar el volumen de su contenido.

No obstante, si lo que quieres es congelar huevos crudos, como no se recomienda con cáscara, deberemos batir las claras y las yemas juntas antes de guardarlas en el congelador. Si quieres separar la clara de la yema, ten en cuenta que si no se baten, quedan gomosas y nunca volverán a su estado líquido.

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