El dolor de espalda es una de las dolencias más comunes entre la población española. De hecho, «el 80% de los españoles experimentará dolor lumbar en algún momento de su vida», según señala la doctora y especialista en columna de IMED Colón, Sara Burguet. Estas dolencias conforman la mayoría de los casos de la Unidad de Columna de IMED Colón, según desvela la doctora. Las causas de estos problemas de salud son variadas y van desde el sobreesfuerzo y las posturas incorrectas hasta la edad, el sobrepeso o factores genéticos.
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Para combatir este problema tan común, hay múltiples factores que pueden ayudar. Desde la alimentación hasta el ejercicio físico. Pero cuando aparece la posibilidad de la cirugía, suele conllevar también el temor del paciente. Sin embargo, técnicas mínimamente invasivas, con incisiones que no llegan a un centímetro, ayudan a quitar el estigma a estas operaciones.
La lumbalgia es la afección más común que tratan en la Unidad de Columna de IMED, seguida del dolor cervical. En una primera fase, los pacientes suelen recibir un tratamiento convencional. Sin embargo, si el dolor persiste después de tres semanas, se recurre a pruebas más avanzadas, como la resonancia magnética, para identificar la causa exacta.
Además, a partir de los 50 años el cuerpo sufre cambios que también afectan a la columna vertebral. Según explica la doctora, «el disco intervertebral se deshidrata y encoge, lo que provoca una disminución en la altura de entre dos y tres centímetros». Este cambio es más evidente en mujeres después de la menopausia y en personas mayores de 65 años, que suelen notar la ropa más holgada o las faldas más largas.
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Además, en mujeres, la osteoporosis tiende a ser más severa que en los hombres y puede estar acompañada de una curvatura en la columna. La doctora Burguet enfatiza que «lo importante no es obsesionarse con la pérdida de altura, sino centrarse en llevar un envejecimiento saludable». Para ello, recomienda una dieta rica en calcio y vitamina D, acompañada de lo que considera el mejor remedio: el ejercicio físico.
Otra de las causas más comunes del dolor lumbar es el sobrepeso. La doctora Burguet compara el aumento de peso con cargar una mochila que, al principio, no se nota demasiado, pero que eventualmente dificulta actividades cotidianas como subir escaleras. Además, el exceso de grasa no solo afecta a la columna, sino que también tiene un componente inflamatorio que puede desencadenar otras enfermedades.
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La especialista advierte que perder peso de forma rápida y sin hacer ejercicio puede empeorar el problema, ya que provoca una pérdida de masa muscular, lo que aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda.
La práctica deportiva y, especialmente, los ejercicios de fuerza, juegan un papel crucial en el fortalecimiento de los músculos que protegen los huesos, incluida la columna vertebral. La doctora Burguet sugiere que «es importante adaptar el ejercicio a las condiciones específicas de cada persona». Para ello, acudir a un entrenador personal o fisioterapeuta, como los disponibles en IMED Colón, garantiza que el entrenamiento sea adecuado para la edad y la patología de cada paciente.
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La especialista subraya que el ejercicio físico es fundamental, tanto para prevenir como para tratar el dolor de espalda. «Si el deporte no reduce el dolor, probablemente se está realizando de manera incorrecta», afirma la doctora Burguet.
A pesar de los avances tecnológicos, muchas personas siguen teniendo miedo a las cirugías de columna. Sin embargo, la doctora Burguet insiste en que «las operaciones de columna no son como las de hace 20 años«. Gracias a la mayor especialización de los profesionales y el uso de técnicas avanzadas, la cirugía de espalda es ahora más segura y efectiva que nunca.
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Cuando el dolor lumbar persiste y las causas subyacentes, como un pinzamiento del nervio ciático, requieren intervención y se suele optar por la cirugía mínimamente invasiva. Dos de las técnicas más comunes son la microcirugía y la endoscopia. Esta última opción es aún más moderna y eficaz que la anterior. «Con incisiones mínimas, muchos pacientes pueden irse a casa el mismo día, caminando y sin necesidad de ingreso hospitalario», comenta Burguet.
Una de las principales ventajas de estas técnicas es que no se dañan los tejidos musculares que rodean la columna, lo que acelera la recuperación y reduce la cicatriz a menos de un centímetro.
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