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P. C.
Miércoles, 16 de abril 2025, 01:11
Nuestra rutina suele estar llena de estímulos. Es imposible no estar sobreexcitados en este mundo acelerado. En este contexto, el simple gesto de prepararnos una infusión puede ser un acto de autocuidado y amor hacia uno mismo. Las infusiones, ya sean de hierbas, flores, o frutrales, no solo son reconfortantes, sino que tienen numerosos beneficios a nivel fisico y emocional.
Obviamente, también hay que tener en cuenta que las infusiones no son bebidas milagrosas. Deben ser complementos a una dieta saludable y a la práctica habitual de actividad física. Si cumplimos ya con esos dos hábitos, las infusiones nos ayudarán a aliviar dolencias, calmar nuestra mente agitada y disfrutar de momentos de paz. Como están hechas a base de agua, mejoran el estado de nuestra piel, eliminan toxinas, y nos hidratan en general.
Tila, poleo, manzanilla, rooibos, jenfibre, y todo tipo de tés son infusiones con efectos calmantes, digestivos, antiinflamatorios. Su preparación es sencilla y como no tienen cafeína son las aliadas perfectas en cualquier momento del día. El té jazmín chino, menos conocido en Europa, puede ser un candidato ideal para incorporarlo a nuestra rutina diaria: su delicado aroma hará las delicias de los más aficionados a las bebidas saludables.
En España, conocemos esta deliciosa infusión gracias a restaurantes y supermercados asiáticos. El té de jazmín (en chino: mòlìhuā chá) es el té perfumado más popular en China, imprescindible en muchos hogares para mostrar hospitalidad hacia los invitados. Se originó durante la Dinastía Song (960–1279). Combina hojas de té verde con flores frescas de jazmín, entrelazadas en el mismo proceso de secado para impregnar el té con su suave fragancia. En otras ocasiones, las flores de jazmín se mezclan con hojas de té blanco o azul (oolong o té de la longevidad).
Estas hojas de jazmín pueden ser de Jasminum officinale o de Jasminum sambac, y crecen a gran altura en las montañas. Zhejiang, Hunan, Jiangsu, Jiangxi, Guangdong o Guangxi son algunas de las provincias chinas donde se produce el té de jazmín, aunque es el jazmín de Fujian el que cuenta con una mayor reputación.
El resultado es una bebida floral, de un tenue sabor dulce, con muchas virtudes para el cuerpo y la mente:
1
El aroma del jazmín tiene un efecto calmante y reconfortante. Así, reduce la ansiedad y eleva el estado de ánimo.
2
Esta infusión estimula el metabolismo. Favorece la quema de grasas y ayudar a regular los niveles de colesterol.
3
Contiene polifenoles que contribuyen a mantener las defensas del cuerpo activas y a que seamos menos propensos a caer en enfermedades.
4
El té de jazmín es bueno en el proceso digestivo. Si lo bebemos justo después de comer, podemos prevenir la hinchazón del estómago y sentir un bienestar general inmediato.
5
El té verde es conocido por sus catequinas que actúan como un efectivo antioxidante natural. Con su consumición, prevenimos el envejecimiento celular, lo que conviere esta infusión en un potente anti-edad.
Preparar una infusión puede ser nuestro momento ritual del día. Algunos consejos para que nuestro té de jazmín tenga una esencia dulce y fresca son: 1) utilizar agua de calidad, mejor si es baja en minerales, como el agua de manantial o el agua filtrada, 2) que esté entre los 75ºC y los 80ºC, no hirviendo, pues eso podría quemar las hojas, 3) una cucharada pequeña de té por taza, y 4) que infusione entre 2 y 3 minutes para no alcanzar un sabo demasiado amargo. En general, las hojas del té de jazmín permiten que las volvemos a infusionar una segunda y tercera vez. Con cada taza, descubriremos nuevos matices de sabor.
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