El síndrome de los ojos secos: qué es y cómo puede tratarse

La sequedad ocular o el síndrome de los ojos secos se ha convertido en uno de los motivos más frecuentes de visita a médicos especialistas de la visión en España en los últimos años. Los especialistas coinciden en que los nuevos estilos de vida contribuyen a que esta patología se manifieste en un alto porcentaje de la población, que ve sus ojos expuestos por el uso de la luz de las pantallas del ordenador y los dispositivos móviles. Una práctica que obliga a fijar más la vista y a que se prolongue la frecuencia de parpadeo, disminuyendo de 15 a 5 en un minuto.

Otra de las causas más más frecuentes de ojo seco es la que se asocia con la llegada de la primevera y las temidas alergias. En esta estación se dan las condiciones ambientales pertinentes para que las plantas puedan ser polinizadas y los alérgenos que están en el aire, como el polen o el polvo, terminan entrando en contacto con la conjuntiva.

Cuando esta mucosa se irrita, libera una sustancia denominada histamina, cuya función es combatir el alérgeno, ocasionando síntomas bastante molestos, como ojos rojos, hinchazón, escozor, lagrimeo o sequedad.

Tal y como explican desde Mayo Clinic, los ojos secos son el resultado de una variedad de causas que alteran la película lagrimal sana, que cuenta con tres capas: lipídica, acuosa y mucínica. Esta combinación suele mantener la superficie de los ojos lubricada, lisa y limpia. Si cualquiera de estas capas tiene problemas, puede producirse la sequedad ocular.

Las causas de la disfunción de la película lagrimal son diversas, e incluyen cambios hormonales, enfermedades autoinmunitarias, inflamación de las glándulas sebáceas en el párpado y las ya mencionadas alergias oculares. Para algunas personas, la causa de los ojos secos es la disminución en la producción de lágrimas.

Algunas causas frecuentes de una menor producción de lágrimas son las siguientes:

-Envejecimiento

-Algunas enfermedades, como el síndrome de Sjögren, enfermedades oculares alérgicas, la artritis reumatoide, el lupus, la esclerodermia, la enfermedad de injerto contra huésped, la sarcoidosis, los trastornos de tiroides o la falta de vitamina A.

-Determinados medicamentos, como los antihistamínicos, los descongestionantes, la terapia de reemplazo hormonal, los antidepresivos, los medicamentos para tratar la presión arterial alta, el acné, los anticonceptivos y la enfermedad de Parkinson.

-Desensibilización de los nervios de la córnea debido al uso de lentes de contacto, daños en los nervios o la cirugía ocular láser, aunque en estos secos los síntomas suelen ser temporales

Desde la clínica, recomiendan adaptar una serie de pautas para prevenir o tratar la incómoda sensación de tener los ojos secos:

-Evita que el aire te sople directamente en los ojos. No apuntes el secador, el aire acondicionado ni el ventilador hacia los ojos.

-Humedece el aire. En invierno, se puede usar un humidificador para humedecer el aire seco del interior.

-Descansa la vista durante tareas largas. Si lees o haces otra tarea que requiere concentración visual, descansa los ojos periódicamente o pestañea varias veces durante unos segundos para esparcir las lágrimas de manera uniforme por los ojos.

-Coloca la pantalla del ordenador por debajo del nivel de los ojos. De este modo, no tendrás que abrirlos tanto y la evaporación de las lágrimas entre parpadeos será más lenta.

-Evita el tabaco y el humo.

-Usa gotas oftalmológicas hidratantes regularmente.

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