M.P.
Domingo, 15 de agosto 2021, 19:55
Quién no ha oído hablar del té kombucha. Aunque apareció hace ya unos años (ya se consumía en China hace 2.000 años), es ahora cuando ha pasado a convertirse en la bebida 'healthy' de moda que todo (o casi todo) el mundo consume por sus supuestas propiedades y beneficios que curan enfermedades de gravedad.
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Pero estas bondades no están demostradas. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), cuya labor es defender a los compradores y mantenerlos bien informados, ha puesto el ojo en esta bebida y a través de un informe ha pasado revista a sus supuestos beneficios, que ya adelantan «son menos de lo que presumen».
Conocido también como hongo machuriano, hongo del té u hongo chin, el té kombucha, según explica la OCU, es una bebida que se elabora a partir de té endulzado que ha sido fermentado por una colonia simbiótica de bacterias y levadura. Esta colonia se llama SCOBY y se caracteriza por tener un aspecto gelatinoso. Además, al igual que la colonia con la que se elabora el kéfir, esta se puede multiplicar indefinitivamente si recibe alimentación.
El conjunto de estos microorganismos, indica la OCU, actúa sobre el té produciendo CO2, ácido ácetico y pequeñas cantidades de alcohol, dando lugar al particular y efervescente sabor de esta bebida que puede recordar al vinagre de manzana o a alguna variedad de champán, según el tipo de té.
Realmente el sabor de este té varía en función del tiempo de fermentación (entre 7 y 30 días habitualmente). Cuanto menos tiempo fermente, más dulce y suave será. Si se deja que los microorganismos actúen durante más tiempo, esto dará lugar a un sabor más intenso y ácido-avinagrado, según la OCU.
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El té kombucha, según informa la OCU, ha pasado a ser tan conocido por los numerosos y diversos beneficios que se le atribuyen relacionados con su carácter de bebida fermentada probiótica. Algunos de estos supuestos beneficios son: mejora los problemas digestivos, fortalece el sistema inmune, normaliza la presión arterial, combate la artritis y el dolor de articulaciones, previenen la pérdida de memoria, etc. Sin embargo, explican, «la realidad es que no existe evidencia científica que garantice estas propiedades, por lo que podemos concluir que #Nocuelan».
El tipo de bacterias y hongos de la kombucha pueden variar por diferentes factores. Esto se debe a que es un conjunto vivo y su composición va cambiando conforme al medio. Es por eso que la OCU indica que la preparación del té kombucha y la conservación de la colonia requieren unas precauciones higiénicas especiales.
Por ello, y dado que esta bebida no está pasteurizada, no es recomendable para personas que tengan alguna patología intestinal o del sistema inmunológico, mujeres embarazadas que no hayan consumido antes este alimento, mujeres lactantes y niños menores de 5 años. Además, debe consumirse en cantidades moderadas, ya que en exceso puede producir malestar digestivo (diarrea, flatulencia…).
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Por otro lado, afirman, aunque la cantidad de alcohol que contiene es muy pequeña, su presencia debe tenerse en cuenta si lo van a consumir personas con problemas de alcoholismo o en fase de recuperación.
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