Cuándo hay que tomar suplementos de magnesio y cuáles son sus efectos en el cuerpo

El sector de los suplementos alimenticios ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas. Estos productos, que incluyen vitaminas, minerales, hierbas, aminoácidos y otros compuestos, se han convertido en elementos clave no solo para llenar los vacíos nutricionales, sino también abordar necesidades específicas, como el respaldo a la salud ósea, el fortalecimiento del sistema inmunológico o la mejora del rendimiento deportivo.

Uno de los suplementos que ha ganado notoriedad es el magnesio. Tal y como explican desde Medline Plus, este mineral es esencial para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo, lo que lo convierte en un componente crucial para diversas funciones fisiológicas. Ayuda a mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, apoya un sistema inmunitario saludable, mantiene constantes los latidos del corazón y contribuye a la fortaleza ósea. Además, es fundamental en la regulación de los niveles de glucosa en la sangre y en la producción de energía y proteínas.

También desempeña un papel importante en la prevención y manejo de trastornos como la hipertensión, enfermedades cardíacas y diabetes. Sin embargo, la recomendación de tomar suplementos de magnesio debe hacerse con precaución y generalmente se reserva para aquellos que tienen una deficiencia diagnosticada o necesidades específicas aumentadas. Las dietas altas en proteínas, calcio o vitamina D pueden incrementar la necesidad de magnesio.

El magnesio se encuentra de forma natural en diversos alimentos. Las fuentes principales incluyen:

- Vegetales de hoja verde oscura (como espinacas).

- Frutas (como plátanos, albaricoques secos y aguacates).

- Nueces (como almendras y anacardos).

- Legumbres (como garbanzos y lentejas).

- Productos de soja (como tofu y harina de soja).

- Granos enteros (como arroz integral y mijo).

- Pescados (como el salmón).

- Productos ricos en cacao (como el chocolate negro).

- Leche y derivados.

Este mineral, ya sea en forma de polvo o cápsulas, se encuentra a la venta en diversos establecimientos. Farmacias y droguerías son opciones comunes donde puedes adquirir este suplemento, con la ventaja de obtener asesoramiento del farmacéutico sobre marcas y dosis recomendadas.

Asimismo, tiendas especializadas en alimentos saludables suelen ofrecer una selección de suplementos nutricionales, brindando opciones más específicas en cuanto a ingredientes y formulaciones. En cualquier caso, antes de realizar la compra, es aconsejable consultar con un profesional de la salud para asegurarse de que el suplemento sea adecuado para tus necesidades individuales.

Las dosis de magnesio, así como de otros nutrientes, se proporcionan en las Ingestas Dietéticas de Referencia (IDR). Estas varían según la edad y el sexo:

- Bebés menores de 6 meses: 30 mg/día

- Bebés de 6 meses a 1 año: 75 mg/día

- Niños de 1 a 3 años: 80 mg/día

- Niños de 4 a 8 años: 130 mg/día

- Niños de 9 a 13 años: 240 mg/día

- Adolescentes de 14 a 18 años: 410 mg/día (varones) y 360 mg/día (mujeres)

- Hombres adultos: 400 a 420 mg/día

- Mujeres adultas: 310 a 320 mg/día

- Embarazadas: 350 a 400 mg/día

- Mujeres lactantes: 310 a 360 mg/día

Los efectos secundarios por una alta ingesta de magnesio no son muy comunes, excepto en personas con función renal significativamente reducida. Esto se debe a que el organismo generalmente elimina las cantidades en exceso. El exceso de magnesio se produce casi siempre cuando una persona toma demasiado del mineral en forma de suplemento o laxantes que contienen magnesio.

Es poco común presentar una verdadera deficiencia de este mineral, aunque puede ocurrir en personas con enfermedades gastrointestinales, adultos mayores, personas con diabetes tipo 2 o aquellos que consumen alcohol en exceso.

Los síntomas iniciales de la deficiencia incluyen pérdida de apetito, náuseas, vómitos, fatiga y debilidad. La deficiencia moderada puede causar entumecimiento, hormigueo, calambres musculares, convulsiones, cambios de personalidad y latidos cardíacos irregulares. En casos severos, puede llevar a hipocalcemia (bajo nivel de calcio) e hipocaliemia (bajo nivel de potasio).

• Temas
• Dietética
• Diabetes
• Alimentación